La noche del martes se presentó fría, estrellada aunque no se podía distinguir mucho debido a la contaminación lumínica y clara. Chris y los Fantasmas se habían parado en el punto de encuentro de la playa de Santa Mónica y Jesse se mantenía oculto en el muelle, bajo la noria, cerrado por reformas, con el francotirador a punto mientras Jasper le cubría las espaldas.
Hugh estaba atado casi de pies a cabeza, sujeto por un tal Theo, que no tenía nada que envidiarle a Jackson en cuanto a constitución física. Llevaba una mordaza en la boca y el cuello rodeado por un enorme brazo llenos de tatuajes diabólicos y con una rara pulsera en su muñeca, hecha de figuras de plástico pequeñas de colores; Hugh estaba seguro de que la había hecho un niño. Mientras Chris encendía su cigarrillo electrónico, el Adán se presentó.
No venía solo, tal y como Chris le había exigido, sino acompañado por Jackson y un par de jóvenes más. Hugh estaba seguro de que habría más CB escondidos por ahí, listos para actuar si era necesario. Jackson llevaba entre las manos un gran sobre, marrón y fuertemente cerrado. Miró a Hugh y abrió los ojos, sorprendido, mirándolo con atención. Se pararon los tres a unos metros de Chris, con cautela. El Adán seguía pareciendo imponente, vestido con una simple americana, camisa blanca y pantalones a juego; no llevaba corbata ni nada por el estilo, pero le confería elegancia y sobriedad.
-Buenas noches, Adán- saludó Chris, dejando ir una nube rosada de su boca.- Hagamos esto rápido, ¿vale?
El Adán paseó su mirada por los Fantasmas. Hugh estaba seguro que se habían encontrado antes. Posó su mirada en el antepenúltimo, unos segundos de más, y luego la posó en Hugh. Este se sintió pequeño y molesto, sintió que no había hecho nada más que causarle problemas, y el sentimiento se intensificó al volver a ver a Jackson.
-Buenas noches, Chris- respondió educadamente el Adán. Hugh notó la tensión, la calma antes de la tormenta, los segundos antes de que tocara el ring en un combate. Eran dos titanes a punto de enfrentarse; el poder que emanaban era elecrificante.
-Vaya, estoy feliz de que aceptaras sin ninguna pega. Bien, veamos. ¿Cómo hacemos esto?- se preguntó Chris, dando una lenta vuelta sobre sí mismo acariciándose la barbilla. Parecía haber preguntado cuanto eran dos por dos a una clase de niños.- ¿Y si me das tú primero el sobre y luego yo a Hugh, hum?
Hugh esperaba que contestara que no, que primero iba Hugh y después el sobre, o al menos negociar una manera más justa, pero en vez de eso el Adán aceptó, cogiéndole el sobre a Jackson. Dio unos pasos hacia Chris, con el otro tipo a su lado, y le entregó el sobre a Chris, que, sin abrirlo, lo entregó a uno de los Fantasmas. Los Fantasmas vestían totalmente de negro, con ajustados pantalones y camisetas, con un chaleco negro también. El Fantasma abrió el sobre, extrajo un solo papel y lo guardó de nuevo, asintiendo hacia Chris; luego, se guardó el sobre en el interior del chaleco.
-Soltad a Hugh- ordenó Chris, haciendo un ademán con las manos, y Theo lo soltó, cortándole la cinta americana que mantenía sus tobillos unidos. Le dio un soberbio empujón y Hugh trastabilló en su camino hacia el Adán, que lo cogió antes de que cayera al suelo. Se lo entregó a Jackson, que, para su sorpresa, lo recibió de manera afable. Le quitó la mordaza, le desató las manos y le preguntó:
-¿Estás bien? ¿Te han hecho daño, algo?
Hugh negó, aferrándose a su camiseta. Jackson le acarició la cabeza y lo puso detrás de él. Chris y el Adán estuvieron mirándose unos segundos, hasta que el primero saltó:
-Bueno, que pases una buena noche, Adán. Hugh, ha sido un placer tenerte con nosotros; me gustaría repetirlo algún día, pero me parece que no volveremos a encontrarnos. Buena vida, entonces.
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Choker Shot
ActionHugh es un periodista al borde del divorcio de apenas veintisiete años que trabaja en un periódico pequeño con una ambiciosa jefa y un extremadamente vago compañero. Si quiere ascender y ver su nombre en Los Ángeles Times, tendrá que arriesgar su vi...