Kim SeokJin es un adorable muchacho de apariencia hermosa que sin siquiera proponérselo ha dejado cautivado al rey, siendo llamado con regularidad a palacio por el monarca con la finalidad de cautivarlo y hacerlo su esposo. sin embargo, el amor no s...
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La noche había caído al fin, y cómo cada noche después de haberse conocido en el palacio, el jovencito de cabellos oscuros abandonó su hogar, bajando por aquel árbol y encontrándose con el sujeto que vestido de negro en su totalidad, le esperaba recostado sobre el tronco del árbol.
SeokJin aún se encontraba un poco molesto y temeroso después de su recorrido por el reino acompañado del Rey Blanco, sin embargo, al momento que se encontró observando a aquel chico vertido en tu totalidad de negro, aquel malestar se esfumó por completo.
-¿Nos vamos, pastelito? -escuchó decir a Yoongi, a través de la tela que cubría su rostro, al parecer el pelinegro era consciente de la presencia de SeokJin a pesar de no haberse descubierto el rostro en absoluto.
Con una sonrisa brillante, SeokJin murmuró un bajo "Sí", para después colocarse a lado de Yoongi y comenzar a caminar.
-Sabes -dijo Yoongi después de haber caminado unos cuantos metros-, he preparado algo para esta noche.
-¿Ah, si? -preguntó medio emocionado, medio curioso.
-Sí -respondió el bufón, bajando su capucha.
-¿Y que es? -preguntó curioso SeokJin.
Yoongi se bajó la capucha y se limitó a sonreír, dejando al pequeño pelinegro con la duda rondando su mente.
-¡Yah! Dime.
El pelinegro negó, caminando sin responder a las interrogantes que SeokJin le hacía, avanzando por las calles del Reino Blanco hasta la entrada del bosque, deteniendo su andar una vez que caminaron un poco más y sus figuras quedaron ocultas entre los árboles.
-Pastelito -llamó, Yoongi.
Los ojos de SeokJin se giraron a mirarle, mientras que Yoongi sacaba del bolsillo de su capucha un pañuelo de seda negro.
-¿Sí? -respondió el pelinegro.
-¿Confías en mí? -pregunto Yoongi, colocándose tras de SeokJin, para después, pasar sus brazos hacía el frente con el pañuelo entre sus manos.
SeokJin observó el pañuelo con confusión, cayendo en cuenta de lo que planeaba hacer Yoongi con él, cuando vio el pañuelo ser dirigido hacia sus ojos.
-Sí -respondió, casi de inmediato el pelinegro-, confío en ti, Yoongi.
El pelinegro sonrió, colocando con delicadeza la suave tela sobre los ojos de SeokJin y atando está tras su cabeza.
La calidez del cuerpo de Yoongi tras del suyo, le provocó una confianza enorme a SeokJin, confianza que se esfumó en cuanto su vista dejo de ser utilizable y el calor del cuerpo ajeno se alejó del suyo.
