003 [os]

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Classmates pt.1


Podrías haber pasado el resto de la clase pretendiendo atender al profesor de economía y a sus aburridas estadísticas sobre los fenómenos comerciales en el mercado de la industria automotriz, de no ser porque algo robó tu atención por completo. Ese algo era más bien alguien. Siendo más específicos, Yoongi, Min Yoongi. El chico con el que habías compartido clases desde preescolar. El idiota de piel blanca y mirada distraída. Siempre en boca de las fanáticas por los chicos tímidos y las apariencias misteriosas, solo un nerd antisocial seguramente adicto al ramen y al porno entre extraterrestres.

Odiabas sus pintas inocentes y risas tímidas cuando era halagado por algún profesor. Nunca en todos sus años de ser compañeros te había dirigido la palabra, ni una maldita vez, claro, no estaba obligado a hacerlo. Pero en tus recuerdos aún estaba aquella vez en que con las intenciones más honestas intentaste ser su amiga y ¿Cuál fue su respuesta? bueno, te quedó claro que fue un "no" cuando lo único que recibiste fue una mirada de pánico, un balonazo en la cara y una vista perfecta desde el suelo de cómo el chico huía de ti a toda prisa. Eso hace ya unos años. Te molestó, había dañado tú orgullo y habías prometido no interesarte por él nunca más.

El pesar en tu cuello y los vellos de tu nuca erizándose tuvieron explicación cuando hace ya un par de semanas lo habías pillado infraganti mirándote. Y desde entonces su presencia se había vuelto nuevamente frustrante para ti.

Por el rabillo del ojo notaste su mirada. Dos filas a tu derecha y un asiento más atrás del tuyo. ¡¿Por qué te mira?! Tal vez hay algo en tu cara...quizás es buen momento para descubrir que es bizco.

Te habías esforzado por ignorar su extraña actitud, te negabas a darle atención al tonto Min, sin embargo la ansiedad estaba acabando contigo, es que no podías ni resolver una suma de 2+2 con los ojos del tipo en tu nuca. Esto tenía que parar.

—¿Qué me ves imbécil?

Tus palabras hicieron eco en el aula que justo ahora era más silenciosa que nunca. Habías girado tu rostro tan rápido atrapando sin piedad al par de ojos gatunos que te miraban intensos.

En cuestión de segundo esos ojos habían adoptado una expresión nunca antes vista y sus mejillas enrojecieron llegando casi a tonos morados. "Estás muerto Yoongi" pensaste victoriosa... o bueno, tal vez tú estás muerta.

El rostro del profesor y el de tus compañeros giraron en perfecta sincronía y casi en cámara lenta hacia ti.

—Señorita Lee ¿tiene algún problema con el joven Min? — el hombre te miraba expectante a la espera de una respuesta. Las risas reprimidas comenzaban a oírse y podrías jurar que tu rostro era un poema aún más épico que el de tu víctima.

—Yo...eh

—¿Si? La escuchamos señorita

—Yo..N-no no pasa nada disculpe

Te miro una última vez por sobre el cristal de sus lentes y no queriendo dar más vuelta al asunto reanudó la clase. Giraste de nuevo en el pupitre ocultando tu frustración tras el pesado libro de texto, esperando a que el suelo se abriera bajo tus pies y pudieras recuperar del infierno los restos de tu dignidad.

El resto de clases fueron largas horas de tormento, nada pesaba más que los primeros días de un nuevo curso y ya tenías suficiente. El día terminó con la campana sonando por los altavoces y con todos abandonando los edificios.

Un suspiro casi de alivio escapó de tus labios y con calma recogiste tus cosas, pasarías el resto de la tarde en casa así que no había prisas. Saliste y con pasos despreocupados caminante a casa.

El viento era típicamente frío como en cada enero y las calles de Seúl brillaban bajo las luces de una ciudad nublada.

Poco tiempo pasó cuando notaste algo, un pesar extraño, de nuevo los vellos en tu piel se alzaban y la sensación de que no caminabas sola te invadió. Giraste en busca de algún transeúnte o quizás un amigo intentando atraparte con la guardia baja, pero no, ni un alma en la acera.

Continuaste con tu camino y tras varias calles y minutos el picor en tu espalda había vuelto, tu corazón dio un vuelco cuando entre el ruido de los autos y de la gente, el crujir de unas pisadas tras de ti te alarmó.

Aceleraste el paso y en un movimiento impredecible para quien sea que estuviera tras tuyo, diste un giro en 90° hacia una calle poco transitada cercana al parque y dispuesta a terminar con el misterio esperaste oculta tras una parada de autobús.

La silueta oscura dio vuelta buscando tu rastro y antes de perder el valor y dejar que escapara brincaste sobre él.

—¡Te atrapé bastardo!

Gritaste con la adrenalina en tus venas y el coraje en tu voz.

—¡Te mataré maldito pervertido!

Tiraste de su chaqueta negra arrancando la capucha de su cabeza y en cuanto su piel pálida y cabello azabache estuvieron a tu vista detuviste todos tus movimientos.

—¿Yoongi?

—¿Yoongi?

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—dash

Yoongi Reactions || OneShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora