La llegada de Tarlus

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Las gotas de su sudor caían salpicando el piso de la cámara de gravedad mientras hacía abdominales. Vegeta se había levantado temprano como acostumbraba y ya llevaba un par de horas entrenando arduamente con el único objetivo que tenía desde hacía varios años: Ser el más poderoso.

Bulma por su parte, se encontraba en su laboratorio reparando algunas piezas de viejos robots que tenía pendiente desde varios días.

La vida de esa extraña pareja parecía ir tranquila y normal. Si bien era cierto que Vegeta seguía siendo un tanto orgulloso, los años lo habían hecho suavizarse un poco con su esposa y Bulma aún con todo y su terrible carácter ya había aprendido a acoplarse con él; el lazo de amor que unía a ambos era un poco difícil de distinguir, sin embargo con el tiempo se había hecho muy estrecho, los dos se complementaban por lo cual la convivencia entre ellos se había vuelto buena.

Trunks quién observaba trabajar a su abuelo en otro de los laboratorios de la casa, había crecido bastante, ya tenía 13 años. El joven llevaba una relación muy buena con su mamá y con su padre con el que solía entrenar por las tardes, pues Trunks estaba resuelto a ser igual de fuerte que su padre quién era su ejemplo a seguir.

Cada uno de los integrantes de esa peculiar familia estaba inmiscuido en sus asuntos cuando de pronto un estruendo rasgó el cielo y un estallido irrumpió la tranquilidad de Capsule Corp acompañado de una fuerte sacudida.

— ¡Que demo... ! —exclamó Vegeta dentro de la cámara de gravedad.

Cuando el estremecimiento paró, el príncipe Saiyajin salió de prisa hacia el patio para descubrir que Bulma y Trunks ya se encontraban en el lugar.

Había humo mezclado con polvo en el ambiente que pronto se disiparon revelando enseguida una nave circular, extrañamente parecida a las que utilizaban los saiyajines para trasladarse de un planeta a otro.

— ¿Qué es esto? —le preguntó Bulma a Vegeta.

Vegeta no contestó, simplemente se limitó a observar la situación, estudiando la nave tratando de anticiparse a los hechos. De repente la puerta de aquella nave circular se abrió...

De ella salió un joven de altura media que vestía las ropas de los saiyajines justo como las de Vegeta; guantes, mono azul que cubría desde su cuello hasta los pies, botas blancas y peto blanco con hombreras amarillas, cuando se acercó a ellos descubrieron que tenia un parecido físico considerable con Vegeta.

— ¡Padre! — exclamó aquel joven echándose a correr la distancia que había entre la nave y ellos.

Bulma ahogó un grito al escuchar al recién llegado y Trunks miró cómo aquel desconocido se lanzaba a abrazar a su padre.

— ¡Por fin! ¡Te he encontrado!

Nada mas sentir el contacto con ese sujeto desconocido Vegeta lo empujó mandándolo atropelladamente varios metros atrás.

— ¿Quién demonios eres y porqué me llamas así? —lanzó Vegeta con desprecio.

— L-Lo siento, tienes razón... mi madre me dijo que no sabias quién era yo pero ¡Tu eres mi padre! ¿Qué no me vez? Ella tenía razón ¡nos parecemos mucho!

Era verdad. Aquel joven era demasiado parecido a Vegeta que asustaba a Bulma quién permanecía en shock desde la llegada del susodicho.

— No sé de quién demonios hablas, pero sólo dices estupideces —bramó Vegeta. Aquel muchacho se parecía a él, era cierto pero, era una sandez lo que estaba diciendo... él nunca había tenido hijos con nadie más que Bulma, aunque por otro lado estaba la etapa de su vida –de la que no se sentía muy orgulloso- donde se dedicó a acostarse con varias mujeres, después de todo el había sido un príncipe y muchas lo deseaban.

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