Single Dad [LuzuPlay]

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Sin disimular ni un poco todas las miradas estaban puestas en el guerrero desconocido y el bebé que Luzu traía en brazos.

Vegetta ya estaba en su bonita silla morada; Willy, Auron y Luzu a su izquierda; Fargan, Alexby y Rubius a su derecha. Sin Nombre se encontraba justo enfrente de él, en la otra punta de la mesa, sentado con las pies juntos y las manos en su regazo. Se veía como un niño resignado esperando por su castigo.

Cuando les tocó elegir asiento, Sin Nombre estaba más que preparado para saltar al asiento libre junto a Luzu. Pero el anfitrión le detuvo con una sola mirada, el guerrero se quedó quieto de inmediato y no se atrevió a desobedecer cuando, en silencio y extendiendo su mano de forma elegante, Vegetta le señaló el lugar que debía ocupar; y era la silla en el otro extremo de la mesa.

A la mayoría les sorprendió, pues era bien sabido que ese asiento sólo estaba ahí para cuando Merlon fuera invitado a la reunión o para guardar la simetría.

No se tocaba, no por cualquiera.

Poco tiempo les tomó comprender que lo había hecho para poder observar y controlar todos los movimientos que realizaba el desconocido.

Sin perder más tiempo, Vegetta inició la reunión pidiendo un reporte detallado sobre la misión. Entre Auron y Luzu relataron de manera formal los datos necesarios: Tiempo de viaje, la conversación con Lana, el asalto de los tres bandidos, la forma en que Sin Nombre apareció para salvar a Raulito y como les cuidó la espalda durante la última parte del viaje.

Todos se quedaron en silencio por un momento, dejando que sus cerebros procesarán toda la información.

— ¿Entonces la misión... sirvió de algo? —Fargan se adelantó con la primera pregunta, mirando con una mueca de confusión al niño en el regazo de Luzu. Hasta donde tenía entendido el viaje era para dejar a Raulito en el otro pueblo.

— Claro, se obtuvieron respuestas. Ahora sabe lo que realmente sucedió, y sí volvió con el niño es porque no se atrevieron a dejarlo solo en ese infierno —Vegetta argumentó, muy seguro de sus palabras. Se recargó en su respaldo y observó a Auron-. ¿Tomaste una decisión?

Auron respiró profundo, el lider le miraba con empatía. Aunque su expresión era neutral, sus ojos reflejaban confianza y estaban a la expectativa. Tenía fe en su respuesta.

Giró hacía su izquierda y se topó con Luzu mirándole fijamente. Quería parecer tranquilo, pero sus cejas estaban ligeramente arqueadas; ese pequeño detalle dejó en evidencia lo ansioso que estaba por escuchar la respuesta.
Auron le sonrió, asegurando en silencio que su decisión sería positiva. Luego miró a Raulito, que dormía tan tranquilo, totalmente ajeno a lo que sucedía a su alrededor. Sin darse cuenta de que la mayoría en la habitación le miraba y que se estaba discutiendo cuál sería su destino.

No podía negar que el niño ahora le agradaba más que antes.
Ya no era una opción ser tan desagradable y grosero. No quería crearle un trauma a Raulito generado por su rechazo, el pobre niño no tenía de la culpa de que sus padres fueran tan tontos.

Ahora las cosas serían diferentes. Auron no quería que sus caprichos afectaran a su pobre descendiente.
Se encargaría de críar a alguien fuerte e inteligente para que en el futuro Raulito sea capaz de defenderse solo, le daría todo lo necesario y lo convertiría en una buena persona.
Se encargaría de que las cosas fueran bien entre ambos, de ser alguien en quién Raulito pudiera confiar, de ser un padre responsable y justo.

Lo mínimo que podía hacer por Mónica era cuidar muy bien de su hijo.

Ya no podía seguir huyendo de sus problemas, o fingiendo que no existen y que nada pasó.