Single Dad [LuzuPlay]

O 3

Auron se quedó paseando por el pueblo durante el resto de la tarde.

Mientras buscaba entre los pasillos de una tienda, se encontró con la sección de bebés; había ropa, juguetes y casi cualquier accesorio para infantes de corta edad. Recordó las palabras de Adam: «necesita mantenerlo con vida hasta llegar a su destino». Vaciló un momento, observando las estanterías con múltiples objetos, en realidad no sabe qué cosas debería llevarse. Un minuto después dio media vuelta, alejándose en dirección contraria.

Se acercó al área de pago, dejó los artículos sobre el mostrador y la recepcionista lo recibió con su amable sonrisa de servicio a cliente.

— ¡Buenas tardes! ¿En qué puedo ayudarle?

— Buenas tardes. Quiero pagar esto... y me gustaría llevar ropa para bebé.

- - -

Cuando llegó a casa no encontró a Adam en la parte del búnker. Subió las escaleras a su torre y lo encontró leyendo un libro en su cama mientras el bebé dormía a su lado. Lanzó la bolsa de compras a la silla de su escritorio, el ruido llamó la atención del hombre más joven.

— En la bolsa hay ropa, pañales y biberones. No sé qué más necesita un bebé.

Adam bajo su libro y le miró.

— Una cuna.

Auron chasqueó la lengua.

— No va a quedarse por mucho tiempo, Vegetta me ayudará a salir de viaje en los próximos días para devolverlo —miró el escritorio, sobre el había varios platos; uno de ellos tenía puré de manzana a medio acabar.

— Señor Auron...

El moreno hizo un sonido con la garganta, indicando que le escuchaba.

— ¿Por qué no podemos quedarnos con él?

Auron lo miró aburrido, con una expresión sería y cansada. Suspiró de forma ruidosa y se talló la cara. ¿Por qué no podían?

— Adam, soy uno de los guerreros que cuida Karmaland. Mi vida no está asegurada. ¿Sí yo muero que pasará? ¿A quién se lo voy a dejar?

— A mí —el cartógrafo respondió de inmediato y en voz baja—. Cualquiera podría morir, ese ya es un riesgo de la vida. El niño no se quedaría solo, siempre hay alguien que te pueda cuidar.

Auron apartó la mirada hacia el niño, apenas y se notaba su respiración. Parecía un muñeco de porcelana tendido en la cama. Jamás en su vida consideró la idea de tener hijos, mucho menos ser padre soltero. Lo más cercano a un hijo era su pollo Frederick. Negó con la cabeza y caminó a las escaleras.

— Lamento molestarte y hacer que te hagas cargo, pero no te encariñes con él.

Abrió la trampilla y bajó, dejando a su compañero de piso observando al bebé con pena y tristeza.

° ° °

Lunes por la mañana. Vegetta cumplió su palabra y avisó a todos de una próxima reunión a medio día. A Auron lo citó más temprano.

Cuando abrió la puerta ambos se miraron en silencio y el de ojos violetas lo dejó pasar. Fueron directamente al comedor y se sentaron. Auron ocupó un lugar al costado de la mesa y, para su sorpresa, Vegetta se sentó del otro lado frente a él.

Auron no tenía buena memoria, pero estaba seguro de que Vegetta nunca abandonaba su asiento principal, ni siquiera cuando sólo una persona estaba de vista, mucho menos durante las reuniones formales e informales. Que cambiara de lugar fue extraño e inquietante.