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Adam recibió a Auron como niño que espera a su padre después de un largo día de trabajo. En ningún momento lo miró con burla o reproche por regresar con el bebé en brazos.

Hablaron durante toda la tarde sobre novedades. Auron escuchó receloso que Fargan y Alexby se pasaron varias veces por su casa para visitar a Adam y llevarlo de paseo al pueblo; tuvo que hacer un reconteo de todas sus pertenencias para verificar que no le faltaba algo.

Al final del día, Auron se quedó solo con Raulito. Adam tenía que trabajar en cosas así que se encerró en su torre después de la cena. Por mucho que insistió en ayudarle a cuidar del niño, Auron se negó. Sería entregarle una distracción que lo atrasaría. Lo mandó a hacer su tarea y se quedó con el Raulito en el piso de abajo.

Auron se dió cuenta de que cargar a Raulito era fácil, porque era pequeño y no pesaba casi nada, pero necesitaba sus brazos libres para ordenar todo el desastre generado por el viaje.
No tenía una mecedora decente o algún artículo especial para sostener a un bebé, así que usó la canasta donde llegó Raulito. Dobló varias mantas hasta crear un fondo acolchonado y metió ahí al niño junto a una pelota de goma que alguna vez fue de Frederick; quizás le serviría para distraerse.

La canasta solo fue para transportar a Raulito mientras el mayor se encargaba de sus cofres. La acomodó en un lugar de la sala donde podía mantenerlo vigilado. Raulito lo seguía con la mirada, balbuceaba y Auron le respondía con cualquier otra cosa.

A la hora de dormir, Auron le cedió la cama individual y la rodeó de almohadas, así como lo hizo Luzu la noche en el hostal.
Él acomodó su saco de dormir y varias mantas en el suelo, a un lado de la cama.

Antes de tirarse a dormir, se sentó en el borde de la cama y observó a Raulito.
Sabe que durante los primeros días se negó a estar cerca del niño porque no quería sentir empatía por él.

Cuando la mayoría de las personas ven a un bebé piensan que es tierno, y muchas veces lo son, pero este sentimiento de ternura crea la necesidad de cuidar y proteger, es instinto humano. Auron no quería ceder y por eso se alejó. Estaba muy ocupado frustrandose por las cosas que no salieron como quería.

Mientras el bebé bostezaba y pestañeaba cada vez más lento, el adulto sacó de su inventario los objetos que Lana le entregó antes de dejar el hostal: una diadema de oro y una fotografía de Mónica.
Acercó ambas cosas a Raulito, el niño olvidó su somnolencia y estiró sus bracitos, intentando tocarlas.

— Esto es tuyo, pero lo voy a guardar por ti durante un tiempo.

Raulito fue directo por el borde de la diadema y se aferró a el mientras Auron siguió hablándole sobre varios temas que seguramente no recordará cuando crezca. El primer momento a solas con su hijo fue agradable, pero también fue un dolor de cabeza conseguir que soltara la diadema.

[ ▪︎ ▪︎ ▪︎ ]

Los días en Karmaland vuelven a ser soleados.

Pasaron cuatro días desde que volvieron al pueblo y Auron ha estado ansioso desde entonces.

Todo el pueblo sabe que Raulito existe y que Vegetta consiguió un aprendiz misterioso con el que sale a pasear durante sus horarios de guardia por la noche; recorren los campos vacíos que rodean a la villa y se mantienen alejados de las personas. Auron supone que Vegetta sigue esperando más respuestas de los dioses para seguir avanzando.

Los Guerreros son figuras públicas, así que Auron está acostumbrado a que la gente hable de él, pero esta vez es distinto porque involucra el nombre de su hijo. Entiende la curiosidad de las personas, la mayoría quiere conocer a Raulito y saber más sobre la madre, pero entender la situación no disminuye la incomodidad.

Single Dad [LuzuPlay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora