CAPITULO III

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21 de diciembre.
Tal y como dijo Julia, lo dejo todo organizado como me gusta, no tuvimos problemas con el concierto y todo salió como debía a excepción de algunos fans que lograron meterse a mi camerino, pero todo estuvo bien. Hoy es la exposición en MoMA, mi modista me dio un traje celeste completo solo falta que terminen con mi cabello que para ser poco y corto demorar mucho en acomodarlo.
Estamos pasando por una pequeña alfombra roja con toda la prensa.
-Señorita Bay, ¿cuéntenos tiene nuevos temas? - pregunto una reportera con un vestido rojo.
- Buenas noches, nuevos temas... ya irán viendo, tenemos algo muy bonito preparado y también algunas colaboraciones que para ser sincera... me hacen morir de amor- le sonrió mientras me detengo justo a la cámara.
- Eilan Bay, ¿qué se siente estar en el top por 4 semana consecutiva? - veo como me hace un repaso que quizás pasos desapercibido en cámara, pero ya me conozco este juego.
-Bueno, solo tengo por decir que agradezco todo a mis fans, sin ellos nada de esto seria posible, los amo a todos y si pudiera les daría un beso a todos-. Me voy alejando de a pocos mientras lanzo besos a la cámara. Veo como la reportera me mira y sonríe por ultima vez. Quizás no pase tan mala noche hoy.
2 horas después.
Llevo observando las pinturas desde hace demasiado tiempo. Debo decir que me cautivaron, aun que no soy muy buena en este tema se apreciar algo bueno cuando lo veo, hay unas pinturas que me llamaron la atención desde que entre, se puede ver una figura un poco distorsionada de una mujer bailando, tiene las manos alzadas, pero no se le distingue el rostro, los colores causan tristeza, es como si pueda trasmitir el vacío de su pecho en mí. He trato de encontrar a la artista, pero dicen que no la han visto. Es hora de un cigarro llevo sumergida en pintura y sacando sentimientos a flor de piel desde que entre.
Me dirijo al patio, esta muy bien decorado tiene luces colgadas por todo el espacio. Las dos cascadas a los lados también están iluminadas cuando me dispongo a encender el cigarro escucho un sollozo. Me acerco a una de las bancas lejanas y la vi.
Una chica de cabello rubio. Llevaba un vestido bastante abierto, espalda descubierta con una línea en la parte baja que se abre, si hubiese sido en cualquier otra circunstancia ese vestido me hubiera quitado el aliento... pero ahora... no sabía ni su nombre, pero quería protegerla, se veía tan pequeña con las manos en la cara, podía ver como salía vapor de sus labios rojos quizás del frio.
Me acerqué sin hacer ruido y le puse mi saco. No se inmuto y eso lo di por victoria, me alejé rápidamente, no quería que pensara que la estaba espiando o algo. Afri me matara por no devolver el saco, pero en ese momento fue lo que menos me importo.
No volví a pensar en ella, al menos no hasta que la periodista cayo rendida a mi lado en la cama de hotel exhausta. Cuando me levanté por mi ropa y me senté en la terraza fumándome un cigarro que se consumía demasiado rápido fue cuando pensé en esa chica rubia, de orejas rojas, con piel de porcelana, lunares por la espalda y un llanto que parecía de perdida. Muchas emociones para tan poco tiempo, eran las 5 de la mañana mi vuelo salia en pocas horas, tengo que recoger lo poco que traje, necesito alejarme de este lugar de infierno, nada bueno sale de aquí.

El vuelo~ AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora