CAPITULO IV

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9am New York.
-Pov Natalia-
Maldición... Sigo aquí, tengo una vaso de chocolate caliente en las manos y un cigarro que apenas he saboreado, me levanto de la banca y me dispongo a entrar de nuevo y ver que está pasando con los vuelos, tenía que haber dejado estás calles hace 2 horas, pero después del comunicado del mal tiempo todo se paralizó, ni lo taxis, ni buses, ni transeúntes, nada.
Entro revisando el celular para ver cómo están yendo las cosas por Madrid cuando de pronto siento un fuerte impacto contra mí que me hace caer al piso con la persona que choque encima, el chocolate escurriéndose en mí polera y los lentes oscuros destrozados a un lado.

Dos horas antes
-pov Alba-
Durante mi desayuno en la cafetería del aeropuerto termine hablando con una mamá soltera y su pequeño de 6 años, Nick, pensaban ir de sorpresa a Barcelona para pasar navidades con su madre. Congeniamos muy bien los tres, tanto que terminamos haciendo la espera juntes.

-Presente-

Algo que me encantó desde el primero momento de Nick es que tenía los mismos gustos que yo, se nos había antojado churros con chocolate y eso nos disponíamos a buscar, en el camino se nos ocurrió ir sin pisar las líneas del piso y todo se volvió una carrera cuando el pequeñajo decidió hacer trampa empujándome. Corrí un poco más que él y miré atrás para ver que no le pasará nada. todo esto sin detenerme hasta que... Me vi en el piso, encima de un chica con el abrigo mojado y casi quemándome.
Nuestros ojos se encontraron y pude ver como sus ojos se iluminaron.
-yo...lo...lo...lo siento- ella me miró y me mostró sus dientes en una perfecta sonrisa. Pude sentir como una mano se movía en mi vientre y me asusté, me aparté apenas unos centímetros.
- no, no, descuida no te muevas, es solo que el vaso me incomoda- inclinó su cabeza de lado mirándome aún más profundamente, y volvió a sonreír, pero esta vez haciendo un sonido de suspiro.
-¿qué es tan gracioso?- dije una vez deje de mirar sus ojos.
- que me gusta esta pose, pero normalmente esperan a llegar al hotel- mire hacia abajo y luego a los lados, entonces me di cuenta, seguía encima de ella y habían algunas personas viéndonos "disimuladamente".
Di un salto y me levanté como pude.
-yo ... lo lamento, no fue mi intención, permíteme comprarte un nuevo café. - digo abriendo poco a poco mi abrigo ahora mojado, no recibí ninguna respuesta cuando levanté la mirada ella seguía mirándome y con la misma sonrisa que antes.
- ¿te conozco de algún lado? - pregunto dejándome más confundida que antes.
-yo… no lo creo- digo sacándome por completo el abrigo. Levanto la mirada y veo como se pone un poco roja.
-¿Todo bien?- le digo.  Ella señala mi pecho. Y entiendo de que habla. Había olvidado que debajo del abrigo llevaba un cuello de tortura blanco y ahora este estaba con una gran mancha marrón que hace que se trasparentara. Por acto de reflejo use el abrigo mojado para cubrirme.
-yo…- iba a decir algo, no sé qué, pero lo iba a decir, puedo jurarlo.
-Albi… Jo… no corras así. no vale-…….
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El vuelo~ AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora