Capitulo 18 "La Nueva Snape Carrow"

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El fin de curso de hizo presente,los padres de mis amigos me enviaron cartas de agradecimiento y disculpas por lo que paso en el cementerio,las cuales les respondi diciendo que no habia problema y que no iba a traicionar su confianza. Con Charly la relación entre hermanos iba muy bien,mas que bien y creo que me llevo mucho mejor que con Harry. Con nuestro padre,solo nos limitamos a las clases,ninguno de los tres queria hablar del tema. Con Draco las cosas van muy bien,puedo decir que es la persona mas importante de mi vida aparte de mi hermano,me puse a investigar mas sonbre mi familia y descubri que mi padre es Mestizo y mi madre sangre pura,lo cual me hace tambien sangre pura. Con Harry cuando se entero que mi madre fue complice del asecinato de sus padres la rivalidad entre el y yo fue mas fuerte y en las casas tambien se noto.

Cuando termine de arreglarme para ir al comedor, me encontre con los chicos,los cuales estaban muy pensativos y quien no,si llegaria el momento de que nos convirtieramos como nuestros padres.
Cuando llegamos al comedor todos se nos quedaron viendo o mas bien a mi ,pero no les di importancia y camine a mi mesa.

El auténtico Ojoloco Moody estaba allí sentado, con el ojo mágico y la pata de palo puestos en su sitio. Parecía ex­tremadamente nervioso, y cada vez que alguien le hablaba daba un respingo.era ló­gico que el miedo de Moody a ser víctima de un ataque se hubiera incrementado tras diez meses de secuestro en su propio baúl. La silla del profesor Karkarov se encontraba vacía.
Madame Maxime seguía allí. Se había sentado al lado de Hagrid. Hablaban en voz baja. Más allá, junto a la profe­sora McGonagall, se hallaba Snape. Una voz me distrajo.
—El fin de otro curso —dijo Dumbledore, mirándolos a todos.
Hizo una pausa, y posó los ojos en la mesa de Huffle­puff. Aquélla había sido la mesa más silenciosa ya antes de que él se pusiera en pie, y seguían teniendo las caras más pálidas y tristes del Gran Comedor.
—Son muchas las cosas que quisiera deciros esta noche —dijo Dumbledore—, pero quiero antes que nada lamentar la pérdida de una gran persona que debería estar ahí senta­da —señaló con un gesto hacia los de Hufflepuff—, disfru­tando con nosotros este banquete. Ahora quiero pediros, por favor, a todos, que os levantéis y alcéis vuestras copas para brindar por Cedric Diggory.
Así lo hicieron. Hubo un estruendo de bancos arrastra­dos por el suelo cuando se pusieron en pie, levantaron las copas y repitieron, con voz potente, grave y sorda:
—Por Cedric Diggory.
-Tranquila amor- me dijo Draco
—Cedric ejemplificaba muchas de las cualidades que distinguen a la casa de Hufflepuff —prosiguió Dumbledo­re—. Era un amigo bueno y leal, muy trabajador, y se com­portaba con honradez. Su muerte os ha afligido a todos, lo conocierais bien o no. Creo, por eso, que tenéis derecho a sa­ber qué fue exactamente lo que ocurrió.
—Cedric Diggory fue asesinado por lord Voldemort.
Los alumnos miraban a Dumbledore horrorizados, sin atre­verse a creerle. Él estaba tranquilo, viéndolos farfullar en voz baja.
—El Ministerio de Magia —continuó Dumbledore— no quería que os lo dijera. Es posible que algunos de vuestros padres se horroricen de que lo haya hecho, ya sea porque no crean que Voldemort haya regresado realmente, o porque opinen que no se debe contar estas cosas a gente tan joven. Pero yo opino que la verdad es siempre preferible a las men­tiras, y que cualquier intento de hacer pasar la muerte de Cedric por un accidente, o por el resultado de un grave error suyo, constituye un insulto a su memoria.
En aquel momento, todas las caras, aturdidas y asusta­das, estaban vueltas hacia Dumbledore... o casi todas.
Draco nos empezo a decir que su casa iba a ser una mierda este verano.
—Hay alguien más a quien debo mencionar en relación con la muerte de Cedric —siguió Dumbledore—. Me refiero, claro está, a Harry Potter y Lilyan Snape.
Un murmullo recorrió el Gran Comedor al tiempo que algunos volvían la cabeza en dirección a Harry antes de mi­rar otra vez a Dumbledore.
—Harry Potter logró escapar y trajo a  Lilyan Snape con vida de Voldemort —dijo Dum­bledore—. Arriesgó su vida para traer a Hogwarts el cuerpo de Cedric. Mostró, en todo punto, el tipo de valor que muy pocos magos han demostrado al encararse con lord Volde­mort, y por eso quiero alzar la copa por él.
, Harry vio que nosotros y muchos otros de Slytherin permanecían desafiantemente sentados, sin to­car las copas. Dumbledore, que a pesar de todo carecía de ojo mágico, no se dio cuenta.
Cuando todos volvieron a sentarse, prosiguió:
—El propósito del Torneo de los tres magos fue el de promover el buen entendimiento entre la comunidad mági­ca. En vista de lo ocurrido, del retorno de lord Voldemort, tales lazos parecen ahora más importantes que nunca.
Dumbledore pasó la vista de Hagrid y Madame Maxi­me a Fleur Delacour y sus compañeros de Beauxbatons, y de éstos a Viktor Krum y los alumnos de Durmstrang, que estaban sentados a la mesa de Slytherin. Krum, según vio Harry, parecía cauteloso, casi asustado, como si esperara que Dumbledore dijera algo contra él.
—Todos nuestros invitados —continuó, y sus ojos se de­moraron en los alumnos de Durmstrang— han de saber que serán bienvenidos en cualquier momento en que quieran volver. Os repito a todos que, ante el retorno de lord Volde­mort, seremos más fuertes cuanto más unidos estemos, y más débiles cuanto más divididos.
»La fuerza de lord Voldemort para extender la discor­dia y la enemistad entre nosotros es muy grande. Sólo pode­mos luchar contra ella presentando unos lazos de amistad y mutua confianza igualmente fuertes. Las diferencias de costumbres y lengua no son nada en absoluto si nuestros propósitos son los mismos y nos mostramos abiertos.
»Estoy convencido (y nunca he tenido tantos deseos de estar equivocado) de que nos esperan tiempos difíciles y os­curos. Algunos de vosotros, en este salón, habéis sufrido ya directamente a manos de lord Voldemort. Muchas de vues­tras familias quedaron deshechas por él. Hace una semana, un compañero vuestro fue aniquilado.
»Recordad a Cedric. Recordadlo si en algún momento de vuestra vida tenéis que optar entre lo que está bien y lo que es cómodo, recordad lo que le ocurrió a un muchacho que era bueno, amable y valiente, sólo porque se cruzó en el ca­mino de lord Voldemort. Recordad a Cedric Diggory.

Siempre A Tu Lado { Draco Malfoy }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora