𝖢𝗁𝖺𝗉𝗍𝖾𝗋 𝟤𝟢

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𝙰𝚖𝚒𝚐𝚘𝚜 𝚈 𝙲𝚘𝚗𝚏𝚎𝚜𝚒𝚘𝚗𝚎𝚜

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Después de un discurso exhaustivo en donde Madame Pomfrey se encargó de decirme todas las pociones que tenía que tomar y todas las precauciones que debía tener en cuenta, por fin nos fuimos.

Llegamos a la mansión Jouvet por los polvos flu. Tan pronto aterrizé me invadió un reconfortante olor a galletas, lo sabía.

Caliope suspiró.

—Hogar, dulce hogar. —susurró, luego me miró. —Lilli, querida. Tu equipaje está en tu habitación, puedes desempacar cuando quieras.

—¿Puedo ir ahora?

Ella sonrió.

—Creo que algunos chicos quieren verte primero.

Entonces fue que escuché las voces que salían de la cocina.

—Más les vale que no se hayan comido mis galletas. —murmuró Leo.

Nos acercamos sigilosamente a la cocina.

—¿Creen que Leo se moleste si tomo la última galleta?

Sonreí. Atenea tan dulce cómo siempre.

—Tómala, ¿Que va a poder hacer cuando se entere? ¿Sacártela del estómago? —dijo Draco.

—Él es capaz. —respondió André.

Leo bufó.

—¿Cuando van a llegar? Quiero ir al bosque a ver las criaturas con Lilli.

—¿Y nosotros no podemos ir?

—No, Draco. Sus caras feas las espantan.

Draco resopló indignado.

Me asomé por la puerta. Draco y Atenea estaban a punto de comenzar una de sus interminables peleas y André estaba muy feliz viendo cómo se mataban con la mirada.

Juro que a André podría ver a estos dos lanzándose Crucios y lo único que haría sería buscar palomitas y sentarse mientras apuesta quíen muere primero.

—¿Disculpa? ¿A quién llamas feo, pedazo de doxy aplastado?

Atenea gritó indignada.

—¡Ay! ¡¿Cómo te atreves a compararme con una criatura muerta?!

Carraspeé intentando evitar la segunda guerra mágica antes de lo esperado.

El rostro de Atenea pasó de la furia total a la felicidad pura.

—¡Lilli!

—Llego y lo primero que veo es a ustedes dos a punto de arrancarse las cabezas. Me encantan estas bienvenidas tan cálidas.

𝐋𝐀 𝐏𝐑𝐎𝐅𝐄𝐂𝐈𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora