𝖢𝗁𝖺𝗉𝗍𝖾𝗋 𝟣𝟫

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𝚁𝚎𝚎𝚗𝚌𝚞𝚎𝚗𝚝𝚛𝚘𝚜 𝚢 𝚁𝚎𝚐𝚊𝚕𝚘𝚜

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Definitivamente despertar no es lo mío.

Me sentía rara, cómo si hubiese estado haciendo mucho esfuerzo. Apenas y pude abrir mis ojos.

Casi no veía nada, pero pude distinguir colores borrosos. Estaba en un lugar que me resultaba extrañamente familiar; ¿Eso era una cortina? Ni siquiera voy a intentar moverme.

Intenté hablar, pero sólo salían ruidos sin sentido.

Que alguien me explique por qué demonios me siento así. Me siento cómo si me hubieran lanzado la maldición Cruciatus repetidas veces.

Ah, esperen, eso  fue lo que pasó.

—Maldito sapo rosa. —Me sorprendío lo rasposa que tenía la voz y lo seca que tenia la garganta.

Escuché un leve susurro.

—Señor Jouvet, ¿Que le cuesta esperar a que sean horas de visita? Sólo tiene que esperar una ho...

Su sérmon dedicado a Leo se detuvo en el momento en el que me vió. Se le cayeron las pociones que tenía en las manos.

—¿Crees que debería considerar vivir aquí? No hago más que salir y ya tengo que entrar. —dije, con voz débil.

—¡Oh por Merlín! ¡No puedo creerlo, es un milagro! —dijo, mientras corría hacia mi y me revisaba la cara.

No me sorprendería que comenzara a hacer un baile de victoria.

—Me halaga su felicidad, Madame Pomfrey. Pero no es cómo si me hubiera ido por mucho tiempo. —mascullé mientras ella me seguía agarrando la cara.

—¡Llevas casi dos meses en coma, muchacha!

Espera ¿Qué?

Imposible, no estuve con Arty ni tres horas, ¿Cómo es que han pasado casi dos meses?

En medio de mi estupefacción, Madame Pomfrey se encargó de atragantarme con pociones.

—Esto bástara por ahora, aunque todavía necesito hacer muchas pruebas más. —dijo cuándo por fin terminó.

—¿Qué más necesitas hacer a parte de casi ahogarme con pociones de dudosa procedencia?

—Debo hacer muchas pruebas señorita, tenemos quue ver si su cuerpo funciona completamente bien y si su mente no sufrió daños, al menos no demasiados.

Aún estaba sorprendida.

—Antes que nada debo avisarle al Profesor Dumbledore y a Minerva. —murmuró, mientras buscaba cosas en un armario.

𝐋𝐀 𝐏𝐑𝐎𝐅𝐄𝐂𝐈𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora