23. Te extraño.

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¿OTRA VEZ TÚ?

Capítulo 23.

—Abby Jones—

Las horas en la universidad se fueron muy lentas, pero por lo menos ya estamos en casa, adelanté un poco de mis tareas porque hoy veremos películas y luego me da pereza, y lo menos que quiero es poner en riesgo mi carrera.

Me termino de vestir cuando miro en la laptop que está entrando una videollamada de Ades, con rapidez me ato el cabello en una coleta y respondo. Sonrío cuando veo su rostro, tiene puesto una playera negra, y como tengo toda la vista veo que está en bóxer, su cabello húmedo y eso solo quiere decir que se acaba de bañar.

—Abbychuela —el primero en hablar es él, se ve guapo—. Pensé que no ibas a responder, ¿qué estabas haciendo?

—Deja de llamarme así, nunca se te dará por ponerme un sobrenombre más lindo —ruedo los ojos—. Me estaba vistiendo, no hace mucho llegué de la universidad, ¿cómo están todos?

—Bien, pero te extrañamos, en especial Belén, no ha querido comer por estar llorando —deja salir aire por su boca con exageración—. Te ves hermosa, quiero estar cerca de ti, te extraño.

—Por favor, Ades, haz que mi hermanita coma algo, se puede enfermar —le digo con total preocupaciones—. Y yo también te extraño, muero por verte.

—La vida es injusta, no deberías estar tan lejos —sonríe con tristeza—. Pero mejor dime ¿cómo te fue bien hoy?

—Bastante bien, claro, sacando que un chico que tomó  del cabello porque defendí a Renata, una compañera.

—¡¿Que un chico hizo qué?! —su grito se hace presente, ignorando que acabo de mencionar a alguien que él no conoce—. ¿Dime que no te hizo nada? Soy capaz de ir a partirle la cara.

—Víctor me defendió, y claro que no me iba a dejar —me rio un poco—. Ya quita esa cara de querer matar a todos, amo verte sonreír.

—Y yo amo mirarte, aunque sea detrás de una pantalla —pone su mano en la pantalla y yo hago lo mismo.

—Te amo tanto, eres una pesadilla, pero me encantas.

Los dos sonreímos.

Durante horas hablamos hasta que escucho el timbre y supongo que Renata ha llegado, yo la llamé para dejarle la dirección, me despido de Ades y quedamos de hablar más tarde. Salgo corriendo a recibir a mi nueva amiga y la encuentro sentada en uno de los sillones, una línea fina se forma en sus labios cuando me ve y yo voy directo a ella, le doy un abrazo.

—Hola —me dice cuando me aparto de ella— ¿No he llegado muy temprano, verdad?

—Para nada, justo a tiempo —me apresuro a decirle—. Supongo que ya conoces a mis amigos, Dayana y Víctor van en el mismo salón, y pues Celeste va en derecho.

—Creo que no me podría olvidar cuando las defendí, y si eso pasa me dolería —bromea Víctor sacándole una sonrisa.

—Te puedes sentir como en tu casa, aquí nadie juzga a nadie porque él uno está más loco que el otro —dice la gran filósofa Celeste.

—Amo cuando filosofeas —Dayana se ríe—. Renata, aquí puedes hacer de todo, desde follarte a Víctor o a nosotras.

—No le diga esas cosas, la va a asustar —la empujo, pero me doy cuenta de que las mejillas de Renata no se han puesto roja a pesar de la imprudencia de mi amiga—. No te asustes, ellos son supernormales, solo que no parece.

—¿Qué película vamos a mirar? —nos cambia de tema.

—¿Cuál quieres ver tú? —pregunta Víctor con una sonrisa coqueta.

¿Otra vez tú? «segunda parte de mi chico malo» ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora