32. Estúpido.

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¿OTRA VEZ TÚ?

CAPÍTULO 32.

-Abby Jones-

«Recuerda que pase lo que pase entre nosotros yo estaré para ti, porque desde que mis ojos te vieron supe que eras diferente a todas, y me propuse conquistarte, pero yo se que tu felicidad está con Ades y no puedo quitarte la oportunidad de ser feliz, quien ama puede sacrificarse y yo me haré a un lado para que estés con él. Tienes que ser feliz »

Esas fueron las palabras de Vans cuando me vino a buscar para hablar, quedamos que era mejor seguir como amigos, no sé por qué me dijo aquellas palabras, pero me hizo entender que quien quiere tiene la valentía de ver feliz a la otra persona con alguien que realmente ama. Vans es un chico maravilloso, y sé que encontrará a alguien que lo haga sentir amor, y que lo haga feliz, él se lo merece.

-Abby, te busca una chica allá abajo -me lavanto del piso donde llevo horas acostada porque me gusta el frío que se siente-. Parece muy nerviosa.

-Quien sabe quién me hace desacomodar -la abrazo-. Yuliza, ¿dónde está mi padre?

-Le tocó turno hoy -hace un puchero-. Ya regresa mañana temprano.

-Se te nota la decepción, como no habrá faje esta noche -suelto una risita cuando veo su cara de horror-. Relájate, yo no soy tan inocente como parezco.

-¿Acaso tú y Ades ya estuvieron juntos? -me detengo para mírala-. Pensé que ustedes nada de aquello.

-¿Has escuchando esa canción que dice; esto no lleva poco tiempo, esto lleva rato? -asiente-. Bueno, esa es tu repuesta. Ades y yo tenemos tanta historia juntos.

Está por decir algo, pero cuando llegamos a los primeros escalones de la escalera reconozco a alguien que es importante para mí; Renata. Salgo corriendo y me le lanzo encima sin importarme que ella no me corresponda porque se deja ganar de su timidez.

-¿Qué haces aquí? No es que me molesta, solo que tenía entendido que tus papás no te dejarían venir -me separo de ella-. Me encanta que estés aquí.

-Digamos que saqué valentía y les dije a mis papás que venía para donde mis amigos, que ellos no me iban a controlar siempre -sonríe con timidez-. Tú hace tiempo me diste esta dirección y supuse que estabas aquí, pero si te molesta puedo irme a un hotel, solo me dices y...

-Claro que no me molesta, no te irás a un hotel -la interrumpo-. Mira, ella es Yuliza, la esposa de mi padre.

-Hola, y claro que te puedes quedar, la casa es lo suficientemente grande para los amigos de Abby, y los amigos de Abby son bienvenidos.

La abraza.

-Gracias, yo soy Renata.

-Las dejo solas, entiendo que tienen cosas que hablar -Yuliza me mira antes de salir-. Pórtate bien.

-Me ofendes -soltamos una risita porque sabe que no soy tan juiciosa como ella pensaba-. Vamos a mirar en qué habitación te quedas.

-¿Te molesta si me quedo contigo?

-Te quedas conmigo entonces.

Nos damos una sonrisa y nos vamos hasta mi habitación, hablamos mientras organizamos su ropa en mi closet, me alegra tanto que Renata haya venido, ella necesita relacionarse con chicos de su edad, ¿y que mejor que mis amigos? Sé que ellos la harán sonreír y se llevarán muy bien.

-Pensé que Dayana y los demás se quedarían aquí.

-Están en casa de mi tía, Víctor se quiso quedar allá porque tiene más confianza, y pues yo quise estar aquí.

¿Otra vez tú? «segunda parte de mi chico malo» ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora