Capitulo 5

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CAPÍTULO 5

El primero en despertar fue Naruto, cuando la tenue luz del alba comenzó a filtrarse a través de las cortinas. Hinata estaba dormida junto a él con el cabello revuelto y abrazada a su almohada. Naruto se emocionó al pensar en la noche que acababan de compartir.

Le apartó con cuidado el pelo, suave como la seda, para poder verle la cara. Sentía unas ganas locas de besarla y de volver a hacer el amor con ella.

Pero dominó sus impulsos. Pensó que para ser justo con Hinata debería marcharse enseguida con toda discreción, antes de que los empleados del complejo turístico se levantaran o apareciera la prensa.

Se levantó de la cama, se vistió sin hacer ruido y salió descalzo hasta la salita. Miró a su alrededor para descubrir algún detalle más sobre Hinata.

Por lo general, trataba de mantenerse al margen de los detalles domésticos de sus amigas. Como soltero empedernido, así se sentía más seguro, pues creía que las mujeres tienen tendencia a hacerse ilusiones si se mostraba interés por los detalles de su vida diaria.

Pero Hinata le despertaba mucha curiosidad y lo hacía sentirse atrevido. De todos modos, el pequeño bungalow, ordenado y limpio, no desvelaba muchos secretos. Daba una impresión de una casa de paso, como si Hinata solo hubiera llevado lo imprescindible. Solo desentonaba un rompecabezas a medio hacer.

Era un reproducción del cuadro La Primavera, del pintor italiano Botticelli.

Naruto sonrió. La bella mujer del cuadro llevaba un vestido de gasa cubierto de flores y tenía una cara dulce y algo seria, como la de Hinata. Tenía el pelo largo y sus ojos eran de un color indeterminado que podía ser verde, azul o gris.

Encontró una pieza en el suelo y la colocó en su sitio. Ojalá su vida fuera tan simple como eso. Solo cuestión de encontrar la pieza justa y ponerla en su sitio. Y había pensado que esa pieza podía ser la carta, y que una vez en su poder, habría asegurado el futuro de Namikaze & Uzumaki y podría dedicarse a pensar en el suyo propio.

Se calzó los calcetines y los zapatos y salió con mucha discreción por la puerta de atrás.

Ya en su propio bungalow, lo llamaron por teléfono.

-Naruto Namikaze al habla.

-Buenos días, Naruto.

El sonido de la voz de Hinata despertó de nuevo su pasión. Respiró hondo.

-¿Cómo estás?

-Muy bien –ronroneó- ¿Y tú?

-Te hecho de menos.

-Yo a ti también.

-No quería meterte en un lío quedándome más tiempo en tu casa.

-Me lo imaginé. Gracias. ¿Has visto el periódico de esta mañana?

Naruto se puso serio pensando en las posibilidades.

-Aún no. Supongo que tú sí.

-Sí, y no es tan terrible como pensaba que iba a ser. Solo que ahora el titular es: Amor en una botella.

-Parece el anuncio de un licor.

-Hay una foto de la fiesta en la que estamos abrazados de modo un poco comprometido. Espero que no te moleste.

Un Descubrimiento SorprendenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora