Capitulo 7

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CAPÍTULO 7

-Naruto, cariño, qué alegría - exclamó Kushina Namikaze al ver a su hijo entrar en la cocina de la casa que tenían frente al mar, en las afueras de Seattle-. Iba a prepararle una taza de café a tu padre. Te prepararé una a ti también. Vete a verlo. Está en el muelle. Hoy se está muy bien al sol.

Naruto besó a su madre en la mejilla.

-Me quedaré por aquí mientras preparas el café. Y luego podamos ir a buscarlo juntos.

Mientras llenaba la cafetera, Kushina lo miraba pensativamente.

-¿Estás bien, hijo?

-Sí –respondió enseguida-. ¡Eh! No empieces ya con los discursos de madre. Acabo de llegar.

-Lo siento, hijo, pero ya deberías estar acostumbrado. Es solo que desde que volviste de Australia te encuentro muy tenso. Y también más delgado.

-Estoy bien mamá… -Naruto miraba en silencio mientras su madre echaba leche en una jarrita de porcelana-. Bueno, es cierto que sí tengo algunas cosas en qué pensar –admitió por fin.

-Lo sé, cariño –Kushina se acercó a él y le dio un abrazo-. ¿No será una de esas cosas una bonita morena australiana?

Miró a su madre con malicia y soltó un suspiro.

-Ya sé que aquí llegaron algunas fotos, pero no pensaba que tú leyeras ese tipo de revistas.

-Yo no, pero la señora de la limpieza sí, y me la mostró. Tú pareces muy… muy interesado por la chica.

Naruto se rio. Cuando salía en la prensa, su madre nunca le comentaba nada. Ya estaba acostumbrado.

-Me pillaron desprevenido una vez.

-Varias veces.

Naruto se sorprendió.

-¿Cuántas fotos has visto? Mejor que no contestes. Prefiero no saberlo.

-Parecía una chica muy guapa.

-No es nada serio –murmuró, decidido a no comentar con su madre nada sobre Hinata-. Ya sabes cómo se entusiasman los de la prensa.

-Pues ya es hora de que pienses en serio sobre alguna chica. No entiendo como tus amigas soportan esa actitud tuya tan frívola –Kushina se alejó un poco y lo miró con intención-. Al parecer, Ino Yamanaka te echó de menos mientras no estabas.

Naruto frunció el ceño. Pensó que tenía que responder rápido a la indirecta, o si no su madre se lanzaría a una de sus campañas casamenteras.

-La semana próxima voy a llevar a Ino al teatro –le dijo apresuradamente. Tendría que acordarse de pedirle a Sakura que lo arreglara.

-Eso está muy bien –la cara de Kushina se alegró-. ¿Qué vais a ver?

-Ino tiene que decidirlo.

Kushina estaba aún más complacida.

Ino tiene muy buen gusto. Entiende mucho sobre arte.

-Espero que escoja una comedia, porque me iría bien alegrarme un poco. Mira –dijo con un suspiro-. Hay algo muy diferente y mucho más importante de lo que quiero hablarte –hizo una pausa-. Tengo malas noticias para papá.

-¿Cómo de malas? –preguntó Kushina.

-Tanto como para que sea mejor que te las dé a ti primero, para que decidas si podrá aguantarlas.

Un Descubrimiento SorprendenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora