Capitulo 4

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CAPÍTULO 4

El único traje de noche que Hinata había llevado a la isla cuando fue a trabajar allí era uno gris plateado de gasa vaporosa, con finos tirantes y muy escotado por la espalda. Ojalá tuviera uno menos provocativo, pensó mientras se miraba al espejo.

Si tenía que bailar con Naruto, sería una pesadilla, porque tendría que ponerle la mano sobre la piel de la espalda.

A las siete en punto, él llegó al bungalow de Hinata vistiendo un elegante traje negro, camisa blanca y pajarita.

-Has calculado muy bien la hora –le dijo ella-. Acabo de ponerme una capa extra de rímel… para las fotos, claro.

Se dio la vuelta para agarrar el bolso y el echarpe que estaban sobre una mesa. Naruto no pudo evitar un silbido.

-¡Vaya traje de noche! –su voz era ronca, y al darse la vuelta, Hinata vio que Naruto sonreía y la miraba extrañado y fascinado a la vez. No podía apartar los ojos de su espalda desnuda. Hinata notó que esa mirada era de admiración y de interés. La cosa iba a ser mucho peor de lo esperado-. ¿Piensas bailar conmigo esta noche llevando ese vestido? ¿Y crees que voy a poder evitar todas esas zonas prohibidas de tu lista?

-Es el único vestido apropiado que tengo –murmuró-. Podrás comportarte, Naruto.

Se quedaron mirándose en silencio. La habitación parecía vibrar con todas las cosas que no se decían.

Naruto resopló.

-Claro que podré. Como ya te he advertido, nunca he rechazado un desafío –le contestó ofreciéndole el brazo para que lo asiera-. Permítame que la acompañe, señorita Hyuga.

Hinata se acercó a él y posó la mano en su brazo con cautela. Naruto le murmuró al oído:

-Te ves mucho más bonita que una estrella de cine.

Hinata se acordó de no sonreír.

-Nada de dulces palabras, príncipe azul –le advirtió.

-Aguafiestas –replicó, mientras se encaminaban por entre los jardines tropicales hacia el restaurante.

Danzo ya estaba allí; llevaba un traje negro apretado y una increíble pajarita de colores. Su aspecto era una mezcla entre el de un payaso y un tenor italiano. Se apresuró hacia ellos.

-Aquí están nuestros importantes invitados –plantó un beso ruidoso en la mejilla de Hinata y abrazó a Naruto como si fuera un hermano que no había visto en años-. Los dos estáis guapísimos. ¿Sabéis bien vuestro papel? ¿No habrá discusiones?

-Desde luego –contestó Naruto. Pasó el brazo por encima de los hombros de Hinata-. Estamos coladitos el uno por el otro. No podemos estar sin tocarnos.

Hinata le puso mala cara, pero él estaba muy ocupado sonriéndole a Danzo, mientras con el dedo trazaba despacio pequeños círculos sobre el hombro de Hinata.

-Fantástico –dijo Danzo, sonriendo mientras señalaba hacia el comedor, adornando con globos que flotaban sobre botellas con arena pegada. Estaba orgulloso de la decoración. Los invitados, casi todos relaciones de negocios de Danzo y periodistas, miraban a Hinata y a Naruto con curiosidad. Danzo le guiñó un ojo a Naruto-. Todos están deseando conoceros.

A medida que avanzaban por la sala, los flashes se disparaban. Naruto seguía con su brazo sujetando con firmeza los hombros de Hinata. Ella masculló entre dientes:

Un Descubrimiento SorprendenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora