Capitulo 10

1K 83 7
                                    


O

O

O

O

O

CAPÍTULO 10

Hinata! –grito Naruto corriendo por la casa, buscando en todas las habitaciones. Todas sus pesadillas no eran nada comparadas con el terror que sentía.

Por fin la encontró en su dormitorio, acurrucada en la cama, con la cara blanca de temor. Estaba agarrada a una sábana.

-Hinata –susurró-. ¿Qué pasa? –ella no pudo contestarle. De pronto hizo una mueca de dolor y su cuerpo se puso rígido-. Cariño, te llevaré al hospital. Trata de relajarte y de respirar hondo. Lo puedes hacer.

Ella asintió y se le saltaron las lágrimas. Él sintió que estaba a punto de llorar.

En una noche desenfrenada de mayo, él y esa hermosa mujer habían hecho el amor apasionadamente y ahora ella estaba sufriendo. Y todo había sido culpa de él.

Por fin la contracción parecía ceder.

-Siento ganas de empujar –susurró Hinata-. Oh Naruto, me encuentro mal y tengo tanto miedo…

Ganas de empujar, pensó Naruto. Por lo que había leído, eso quería decir que el bebé estaba a punto de nacer.

-Deja que te lleve al coche.

-¡No! –gimió ella-. No me muevas, por favor. No puedo moverme.

-Voy a llamar a una ambulancia –ella no se opuso.

Sacó el teléfono del bolsillo y comenzó a marcar. De repente se dio cuenta de que estaba confundido-. ¿Cuál es el número de emergencias de Australia?

-Tres ceros –murmuró Hinata entre dientes. Naruto marcó los números-. ¡Ay, no! ¡Ay, no! Naruto, creo que va a nacer ya.

No podía ser. El corazón se le salía del pecho. Estaba seguro de que los bebés no llegaban tan deprisa.

-Aguanta, Hinata –exclamó, aturdido por los signos de esfuerzo de su cara.

-No puedo… -le contestó ella-. ¡Tengo que empujar!

-Emergencias –dijo una voz en el teléfono-. ¿Qué departamento quiere? ¿Ambulancias, bomberos o policía?

-Ambulancias –gritó.

-¡Narutooo! ¡Ayúdame!

Hinata estaba aterrada.

-Servicio de ambulancias. ¿En qué puedo ayudar?

Preso del pánico, Naruto gritó:

-Estamos en el treinta y siete de Casurina Drive. Está naciendo un bebé. ¡Vengan rápido!

Soltó el teléfono y se acurrucó junto a Hinata. Ella estaba boca arriba y tenía las pupilas dilatadas por el miedo. Él tenía miedo. No sabía cuánto tiempo tardaría la ambulancia.

-Está saliendo, Naruto –sollozó-. No tenemos tiempo de ir a ninguna parte. Creo que voy a tenerlo en cualquier momento. Tengo tanto miedo. ¡No me dejes!

-No voy a dejarte, Hinata. Voy a quedarme aquí y voy a ayudarte. ¿Estás cómoda así?

-Supongo que necesito… ¡Ay!

Una vez más la cara de Hinata se contrajo.

-No opongas resistencia –murmuró Naruto, esperando que su consejo fuera bueno. Déjate llevar y empuja.

Un Descubrimiento SorprendenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora