017| Simulacro

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03/06

Queridos alumnos, aquí les habla su directora— sonó la voz de McGonagall dentro y fuera de Hogwarts—. Hoy toca simulacro mensual por este virus muggle. Hasta la hora de la cena, cualquier alumno que sea visto en los pasillos perderá 50 puntos. Este simulacro se hace en caso de que algún alumno resulte contagiado por el virus. A partir de este momento, empieza el simulacro. Ingresen a las aulas más cercanas. 

*

— ¿Dónde están tus compañeras de cuarto?— le preguntó James a Aria, luego de escuchar el anuncio de la directora.

— Lejos— respondió desde el baño.

— Amo los simulacros.

Ambos estaban en la habitación de Aria, en la torre de Ravenclaw, pasando un rato a solas, lejos del drama, viajes en el tiempo y todo problema. 

— Bueno, no terminaste de contarme— dijo Aria saliendo del baño, vestía una buzo de Gryffindor de James, que le llegaba un poco por debajo de la cadera. 

James, recostado en la cama de su novia, miró a Aria de arriba a abajo con una sonrisa coqueta y ella se cruzó de brazos.

— Deberías haber ido a Gryffindor, el rojo te va mejor— comentó James, coqueto, y se sentó de una forma seductora. Aria rió y se sentó como indio frente a su novio.

— No me cambies de tema o me pongo el buzo de Slytherin que me regaló Bruno— lo amenazó divertida. James se indignó y se cruzó de brazos, causando que Aria se riera más—. Me decías que estabas caminando con Frank hasta la torre de Gryffindor, ¿y luego qué?

— Escuchamos a la directora decirle a Filch sobre el simulacro, así que subimos a nuestras habitaciones, planeando jugar con la playstation todo el día— explicó James, sentandose igual que su novia—. Pero Luca llamó a Frank y él se fue por la ventana en su escoba. Así que salí volando en mi escoba detrás de Frank y vine aquí.

— ¿Y la bolsa?— preguntó Aria, señalando una bolsa rosa de tela.

— La play. Si no juego con él, juego contigo— respondió y esbozó una sonrisa de labios cerrados.

— Por un momento pensé que era el regalo que me prometiste cuando me pediste salir.

— No tengo dinero ahora para comprar regalos, bebé.

Aria se rió.

— Vienes con la misma excusa desde que lo prometiste, pero en el medio te compraste la play, un celular, auriculares y otras cosas.

— Lo que yo te quiero regalar es especialmente caro— explicó, como si estuviera cansado de dar la misma explicación siempre—. Y ahora con el divorcio no puedo seguir sacándole dinero a Harry.

— ¿Sigues enojado con él?— preguntó, acariciando el dorso de la mano de su novio.

— Por supuesto, arruinó una familia completa— respondió, enojado ante la mención del hecho—. No es algo que se perdona fácil.

— Lo sé.

Se quedaron callados unos segundos, después Aria le dio un corto beso en los labios y dijo:

— Tenemos dos opciones: jugar a la play o ver Netflix— James alzó una ceja, interesado.

— Espera, ¿vamos a "ver Netflix" o a vamos a ver Netflix?

— "Ver Netflix"

— Entonces sí— dijo, tomó a Aria se la cintura, mientras ella reía, y la besó apasionadamente.

*

— Qué zorra— masculló Rose, indignada, luego de que Albus le contara a ella y a Scorpius en la biblioteca lo que habló con Anna.

— Pero no quiso hacerme daño— la defendió Albus.

— Sigue siendo una zorra— insistió la pelirroja y Albus puso los ojos en blanco.

— Sea una zorra o no, es increíble como sigues viendo el lado bueno de las personas aunque te hagan mierda— comentó Scorpius, sorprendido.

— Yo le hubiera roto la nariz de un golpe— reconoció Rose, admirando la bondad de Albus, quien se encogió de hombros.

— Estoy seguro de que me hubiera pasado lo mismo que a ella, no sé decir lo que me pasa— explicó Albus, restandole importancia a su amabilidad.

— ¿Eso quiere decir que no le has dicho nada a Georgie?— preguntó Scorpius. Albus no respondió, pero sus amigos sabían qué significaba y bufaron—. Tienes que decirle, Al. Si no, no sabrás si siente lo mismo que tú.

— Estoy seguro de que no lo siente. Ella dijo que quiere que sólo seamos amigos.

— Albus, la gente es mentirosa— lo interrumpió la pelirroja—. Si ella te hubiera dicho que estaba flechada por ti, te habrías espantado.

— No, por supuesto que no— negó rotundamente.

— Imagina esto— propuso Rose, perdiendo la paciencia—: Frank y Luca se toman un tiempo y Frank tiene sexo conmigo...

— ¿Se te ocurrió tan así o estás confesando algo?— preguntó Scorpius, receloso. Rose rodó los ojos y le dio un golpe en la coronilla.

— Como decía, tengo sexo con Frank, pero yo estoy enamorada de él mientras que él sigue enamorado de Luca— siguió la pelirroja—. Si luego le digo mis sentimientos, ¿cómo crees que reaccionaría Frank? A, me corresponde al instante. B, se espanta.

Albus lo meditó unos segundos.

— Buen punto.

Scorpius aplaudió a su novia mientras ella hacía una reverencia.

— Entonces, cuando salgamos aquí, le dirás todo lo que sientes— ordenó Scorpius y Albus asintió, seguro de sí mismo.

— No tienes que esperar a que salga, está ahí— dijo Rose, señalando la mesa del fondo, en la cual estaba Georgie concentrada en sus libros.

La expresión de seguridad de Albus se borró y vaciló antes de decir algo:

— Mejor otro día.

Viaje Al Futuro ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora