007| La fiesta

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Capítulo intenso cheeeck ahre

Para cuando los chicos llegaron, el resto de las chicas los miraban enojadas. El último en llegar fue Neville.

— Es por culpa de Neville— dijeron todos al unísono y el nombrado se ganó varias miradas de odio injustificadas.

— ¡No le echen la culpa a Neville! Él es puntual— lo defendió Daphne y tomó al nombrado del brazo.

— Tiene razón— reconoció Ginny—. En tercer año, llegó temprano a buscarme para el Baile de Navidad.

— Draco llegó tarde— recordó Pansy.

— Blaise también— añadió Astoria—. Y Theo.

— ¿Podemos simplemente entrar a la fiesta y ya?— pidió James, temiendo que Aria lo agregara a la lista de los que llegan tarde.

El gran grupo tocó la entrada de Hufflepuff y una chica abrió. Clavó su mirada en Ron y puso los ojos en blanco.

— Creo que ella es Octavia— susurró Harry a Ginny, quien asintió convencida.

— Bienvenidos, pasen— dijo la chica de mala gana y dejó que todos entren.

Algunos de los del pasado se tapaban los oídos por la fuerte música que sonaba en la sala común de Hufflepuff.

— ¿Nunca fueron a una fiesta?— cuestionó Frank, pasando sus brazos por los hombros de Neville y Ron.

— No había fiestas en las salas comunes— respondió Ron gritando.

— ¿Quién dice que no?— gritó Pansy, tomó a Daphne y a Astoria de la mano y las llevó al centro de la pista para bailar.

— No quiero bailar— se negó Ginny mirando a Hermione y a Luna.

— Pero lo harás— dijeron ambas y la obligaron a ir a la pista a bailar.

— Ve a mover ese trasero, Nott— lo animó Blaise y lo empujó a la pista mientras que él lo seguía.

Los futuros hijos se dirigieron a la pista o la barra que los tejones colocaron en la sala. Harry, Draco, Ron y Neville se quedaron sin hacer nada. Se miraron.

— ¿Pista o barra?— se animó a preguntar Neville.

— Barra— no dudó en responder Ron—. Si algo aprendí en el Baile de Navidad es que una madera baila mejor.

Él y Harry fueron a la barra, y Neville los siguió. Draco se quedó en su lugar, observando como sus amigos bailaban, hasta que Pansy lo vio sin hacer nada y lo jaló a la pista.

— ¡Mueve ese trasero escuálido, Malfoy!

*

Eran alrededor de las doce de la noche cuando ya todos los protagonistas estaban muy borrachos. El que indudablemente estaba borracho era Lorcan, que decidió ahogar sus penas en alcohol.

Mientras, Aria estaba sentada en la barra tomando alguna bebida muggle mientras descansaba sus pies de tanto bailar. Bebiendo otro sorbo de su whisky de fuego, Lorcan se acercó a su amiga.

— Hola, Ari— saludó tambaleante. Aria se volteo a él y el aliento a alcohol de su amigo le tapó las fosas nasales. Se mordió el labio inferior para no reír.

— Hola, Barney Gumble— le devolvió el saludo. Cuando Lorcan iba a tomar otro sorbo, Aria lo detuvo—. ¿No crees que ya bebiste demasiado?

— Necesito alcohol para hacer lo que... voy a hacer, ¿qué iba a hacer?— y estalló a carcajadas por su mala memoria.

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