Where Are You? - Taedo / Dotae

Date 1.2

Había quedado con Doyoung para vernos el próximo fin de semana.

Al principio estaba muy nervioso, y ni siquiera sabía porque, ya me había reunido con Doyoung demasiadas veces pero esta vez no podía dejar de sonreír pensando en que aceptó tener una cita conmigo.

Mi cabeza era un caos, parecía una niña a mitad de la pubertad, ni siquiera sabía que ponerme.

Y así llegó el momento de reunirme con el chico que vive en mi mente sin pagar alquiler.

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Hemos estado dando vueltas y hablando de cualquier tema, aunque había algunas cosas que no cuadraban. Doyoung no tenía teléfono, cuando le pregunté al respecto evitó el tema por completo, lo mismo cuando le pregunte donde estudiaba.

–Estas por entrar a la universidad detrás del parque ¿Cierto?–

–Supongo.–

–¿Cómo que supones? ¿Estas en edad de inscribirte no?–

– Eh, si... Taeyong hyung ¿Podemos entrar a esa tienda? Quiero una chaqueta como esas.–

–Ah, claro.–

No quería preguntar más, el tendrá sus razones para no contarme algo tan simple, y yo debía comprenderlo.
Me vería muy extraño e insistente si no.

– Mira, este azul es bonito, te verías muy lindo con él.–

¿En que estaba pensando?

Me dijo lindo, voy a colapsar.
Rápido tomé la chaqueta que señaló y me la puse por encima para probarla.

–Si piensas que se me ve lindo me la llevo.–

–Entonces llevaré una también, haremos juego.–

Sin pensarlo mucho ya estaba formado en la fila para pagar esas dos chaquetas, mismas que llevamos puestas durante el resto del día.

Todo parecía ir bien, al final del día lo acompañé hasta el autobús antes de irme a mi hogar dando brincos cómo un tonto.

Hoy descubrí muchas cosas acerca de Doyoung, como su gusto por el helado de vainilla, su mal hábito de caminar sin cuidado al cruzar la calle y un poco sobre su familia.

Mencionó a sus dos padres, conto que eran un matrimonio casi perfecto, vivía con ellos en una casa no muy lejos de ahí y no tenía hermanos.

Cada pequeño dato que sabía de Doyoung le hacia pensar en todo lo que le faltaba por saber y lo feliz que era de poder desenvolverse con el menor.

Esa noche durmió con una sonrisa en su rostro.