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Ya habían pasado tres días, en los que Martin seguía viviendo ahí.

-Oswald.- Ed tocó el hombro del nombrado, eran las 2 pm y estaban en casa sin hacer nada relevante.

-¿Mhm?- preguntó Oswald, y lo miró a los ojos.

-La comida... La comida se está acabando.-

Oswald hizo una mueca.

-Necesitamos dinero para comprar más...- le respondió al de lentes.

-El pequeño, el pequeño es una boca más que alimentar. ¿Ya pensaste qué hacer con él? ¿Con Martin?-

Oswald se giró a verlo de frente, indignado.

-No, Edward. Si eso es lo que quieres que haga no lo voy a abandonar.-

-Pero...-

-Ed, no puedo hacerlo. Es un niño inocente, él no tiene la culpa de nada, no tiene la culpa de no tener padres y no tiene la culpa de que le haya tocado un destino tan horrible. ¿Qué quieres? ¿Que lo deje en otro orfanato para que lo vuelvan a maltratar? JAJAJA, no.-

-Bueno ¿y entonces qué piensas hacer, eh?- Bramó el genio.

Oswald pensó.

-Hay que.. Ya sé. Hay que robar dinero de algún banco.-

-Oswald, casi no tenemos armas. Si piensas robar un banco con tan solo dos personas estás loco.-

-¿Y quién dijo que Martin no puede ayudar?...-

(...)

-¿Qué te pasa niño? ¿Puedo ayudarte?- un guardia del banco se agachó, al ver a Martin ahí sin ningún adulto.
El niño le escribió:

"Perdí a mi mami."

-Oh no... Oye, Miranda- el guardia le habló a la otra guardia. A esta hora (1 Am) sólo estaban esos dos guardias vigilando el banco, ya que era un banco pequeño que solía estar siempre en calma.

-¿Sí?-

-El niño perdió a su mamá... Eh... Sé que es vergonzoso pero.. No sé mucho sobre niños.- admitió el hombre.

-No te preocupes... Ven niño, busquemos a tu mamá. ¿Dónde crees que esté?-

Martin apuntó hacia un pasillo. Y mientras, el otro guardia se relajó y fue a beber un café ahí mismo.

-¿Ahí? ¿Seguro?- preguntó la guardia extrañada, Martin asintió. Entonces se la llevó al pasillo, y cuando estuvo lo suficientemente distraída, sacó una roca del bolsillo de su suéter y se la aventó con fuerza en la cabeza, desmayándola. Al oír el impacto de la mujer cayendo al suelo, el pingüino y el acertijo llegaron por detrás del otro guardia y le dieron un golpe en la nuca con un extintor, dejándolo inconsciente también.

-Vaya. Fue más fácil de lo que esperábamos.- sonrió Oswald.

-Debo reconocerlo.- Asintió Edward. -El banco es muy pequeño, pero... Algo es algo.-

Dicho esto Martin salió del pasillo, con la piedra en su manita.

-¡Lo hiciste muy bien Martin! Ahora llevaremos dinero a casa.- le sonrió Oswald, entusiasta. Y el niño sonrió contento por saber que lo había hecho bien, y guardó la roca en su bolsillo otra vez, para no dejar evidencia.

Entonces, Oswald y Edward se apresuraron a robar el dinero. Edward comenzó a abrir los cajeros automáticos y cuando pudo hacerlo Oswald puso todo el dinero dentro de una bolsa negra, y luego los tres salieron corriendo al auto.

-¿Cuánto crees que sea, aproximadamente?- preguntó Edward, manejando.

-La verdad creo que podríamos llegar al millón de dólares. ¡Esto salió mejor de lo que imaginé!- sonrió Oswald. -Al llegar a casa lo contaré. Con esto podemos pagar la renta, comprar más comida, armas... Y algún día, recuperaré el puesto del rey de Gotham.-

-Vayamos por armas primero.- dijo Edward, y manejó hasta una tienda de armas que abría las 24 horas del día.

Una vez ahí, compraron 6 pistolas nuevas y 300 balas, y cuando iban a pagar, Ed se percató de algo.

-Oh... Y.. Deme esta botella de wisky, porfavor.- pidió, al ver que también vendían alcohol.

Oswald lo volteó a ver no muy convencido.

-...¿Más alcohol, Edward?-

-Tranquilo.. No la beberé hoy. La beberé cuando la necesite.- respondió el de traje verde, con calma.





"Alcohol." (Nygmobblepot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora