Oswald abrió sus ojos al máximo, se esperaba TODO, menos esto.
-.... ¿Te refieres a que me amas como a un hermano, no?- preguntó.
-No.- negó Edward, y le sujetó las manos.-Sé que es demasiado tarde... Pero... Si hay la posibilidad, yo también quisiera ser más que tu mejor amigo... Más que tu hermano. Más que tu socio.- suspiró. -Yo... Solo quería disculparme y hacértelo saber.-
-.....Ed...- Oswald se había quedado en shock, y se guardó el lente en el pantalón. -Pero... No entiendo, ¿cómo es que cambiaste de opinión?-
-Verás...- Ed suspiró, y ahora fue él quien se quitó los lentes, en un intento de desnudar su alma. -Antes de conocerte, yo amaba a la señorita Kristen Kringle. Y cuando por fin pude conquistarla, la asesiné por accidente.- los ojos de Ed se cristalizaron. -Pero... Ella siempre me hacía a un lado, y salía con ese policía grosero.... no me aceptaba como soy. Después de eso, estuviste tú. Desde el primer momento me sentí cómodo a tu lado, eras mi primer y único amigo.. Me sentía genial cuando estaba contigo, incluso mejor que cuando estaba con Kristen... Cuando fuiste alcalde, me sentía tan feliz y orgulloso de tí, quería ayudarte en todo. Nos hicimos más y más cercanos, y algunas veces.... Cuando te veía... Sentía un extraño cosquilleo en mi estómago. Me gustaba, y a la vez lo odiaba, así que lo dejé pasar... Y luego conocí a Isabella. Ella era muy parecida a Kristen, y por eso me gustó al instante... Pero en realidad casi ni la conocía, estaba obsesionado. Ella me hacía olvidar aquel extraño cosquilleo que tenía al verte, y por eso cuando la asesinaste... Yo... Me sentí tan molesto, porque eso significaba que ese cosquilleo regresaría. Te apunté con un arma en el muelle, y te disparé con todo el dolor del mundo... No entendía nada, estaba tan confundido y enojado conmigo mismo... Y después de eso, el cosquilleo desapareció, pero creeme Oswald, nada fue igual. Me dí cuenta de que mi vida sin tí es un caos, ¡me drogaba para poder verte!... Al final, cuando descubrí que estabas vivo, nos hicimos amigos otra vez, pero ese cosquilleo regresó, como lo predije. Pero no quería asesinarte de nuevo, luego me encontré a Lee.. Ella era mi amiga antes, y quise ver si con ella funcionaba la cosa... Pero no fue así, yo confudí su apoyo con romance, y ella me utilizaba, así que nos disparamos mutuamente.. Entonces, cuando me salvaste, comencé a beber alcohol para olvidar esa sensación.. Y los besos de mi torso fueron plasmados ahí por una trabajadora sexual, la cual ni su nombre conozco, lo hice porque según yo quería demostrar que no me gustabas, pero lo único que demostré es que sí me gustas...- suspiró.-Como comprenderás, todos estos años estuve tomado salidas fáciles para no enfrentar mis sentimientos. Pero siempre, al final del día, ese cosquilleo volvía, y no se ha ido... Entenderé si... Si tú no quieres nada conmigo ya. Pero, si yo muero mañana, quiero que lo sepas, porque esa es la verdadera solución... Me enamoré de tí, Oswald Cobblepot.- confesó. -Y he sido un idiota muchas veces contigo. Pero a pesar de eso, tú siempre has estado ahí... ¡Hemos experimentado todo tipo de cosas juntos! Nos necesitamos, tú siempre me has apoyado, y yo a tí, y eres el único que me comprende y me acepta con todas mis extrañezas.- Ed abrió la maleta una vez más, sacando de ella unas rosas envueltas en papel transparente, y con un listón blanco. Oswald sonrió al verlas, y su corazón comenzó a acelerarse. -Tú tienes razón... Somos el uno para el otro, y por fin acepté de que lo que siento por tí es real, que es algo más que una hermandad, algo más que una amistad. Y bueno... Yo... Te compré estas rosas...-
-Edward... Pensé que nunca lo dirías.- Dijo Oswald, y se lanzó a abrazarlo, por fin todos estos años de espera habían valido la pena.
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