𝟰

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BoRam trabajaba en una antigua casa cuyas habitaciones habían sido reconvertidas en un salón
de modas. Aparcar en aquella zona no solía resultar
complicado y JiSoo saludó a la recepcionista cuando entró en la sala de espera. Unos minutos después, una mujer madura vestida de un modo bastante extravagante apareció en el umbral de entrada al salón. Llevaba el pelo cubierto por un sombrero rojo que desafiaba toda posible descripción y estaba maquillada hasta el absurdo.

—Llegas tarde.

—He llegado a tiempo—dijo JiSoo educadamente.

—¿Te atreves a discutir conmigo?

—¿Qué te parece si llegamos al acuerdo de que nuestros relojes no están sincronizados?—. La diseñadora alzó una ceja con gesto desdeñoso.

—Mi reloj está en hora. Sígueme—. JiSoo obedeció y entraron en la sala de pruebas.

—Quítate la ropa—le ordenó BoRam.—Y nada de
hablar. No estoy de humor para chácharas.

JiSoo observó a la diseñadora mientras ésta trabajaba con la tela del vestido que le iba a hacer sin dejar de murmurar.

—Nadie tiene estas telas, ni este estilo—le aseguró BoRam con un expresivo gesto de la mano.—Debes llevar el pelo en alto con este modelo. Eso dará equilibrio al conjunto—. Se apartó para mirar a JiSoo.—Ponte pocas joyas y utiliza calzado marrón de tacones finos. Tráelos para la próxima prueba.

»Ahora cámbiate y márchate. Quedamos la semana
que viene a la misma hora.

Café, decidió JiSoo mientras volvía a sentarse tras
el volante de su coche. Fuerte, caliente y con
azúcar, en una agradable cafetería cercana. Luego
iría a mirar zapatos antes de acudir a la peluquería.
Era poco más de la una cuando guardó varios
paquetes en el maletero del coche. Aún tenía varias
cosas que hacer y decidió tomarse un descanso
para almorzar. En Seúl había varios restaurantes apropiados y eligió uno de ellos. Mientras tomaba un sándwich vegetal con un refresco ojeó uno de los periódicos disponibles para los clientes... y estuvo a punto de atragantarse al ver la imagen de Wendy en una de las páginas. Corrección. Era una foto de Wendy y Jin, en escena, momentáneamente abrazados.

JiSoo se obligó a leer el texto que había bajo la
foto... y apartó su plato a un lado. Ya era malo que cientos de invitados hubieran sido testigos de la deliberada representación de Wendy. Ahora el incidente iba a ser accesible a todo el país. Masculló entre dientes una maldición muy poco femenina. Las dudas, siempre presentes bajo la superficie, afloraron insidiosamente, invadiendo sus emociones.

Matrimonio De Conveniencia || JinSoo ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora