Parte 5

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𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜 𝑚𝑒𝑠, 𝑠𝑒𝑚𝑎𝑛𝑎 𝑠𝑖𝑒𝑡𝑒

Dejar a un omega embarazado e hinchado era el pan de cada día de muchos alfas, pero no de Harry Styles. Debido a su carrera en la industria musical había procurado en todas las formas posibles protegerse tanto a él como a su acompañante siempre. Sin embargo en una sola noche con Louis se había dejado consumir de manera que ni siquiera pensó demasiado cuando se la estaba metiendo rudo, y sin condón.

Siete semanas después la consecuencia de sus actos se desarrollaba tranquilamente en el interior del omega que había creído su peor pesadilla los anteriores meses.

El alfa se recargó en el mueble de la cocina de Louis, estudiando encantado la ecografía que le había cedido tan amablemente de su pequeño bebé que ya medía centímetro y medio. La casa era más hogareña de lo que pudo haber imaginado, y lo imaginó poco. En el tiempo que conocía al omega jamás pensó en mantener una amistad o ser invitado a su casa, mucho menos cargar en su mano derecha la imagen de lo que habían creado tan despreocupadamente. Estaba jodido, entusiasmándose de todas formas por la situación incómoda.

—Voy a hacerlo público —dijo Louis entrando en la sala con un paquete de galletas en la mano—. Ya hay rumores y pronto engordaré mucho y no podré ocultarlo.

—¿Darás una entrevista? —Guardó la ecografía en un bolsillo y bebió un trago del café con leche de máquina.

—Ese es el plan.

—¿Dirás que soy el padre?

Louis alzó una ceja, sustituyendo las galletas por un zumo natural.

—¿Debería?

—Deberías —su propuesta fue firme—. ¿Cuándo será?

—En una semana, probablemente.

—Eso me dará tiempo para contárselo a mi familia, gracias.

—Y a tu mánager.

El ambiente se tensó. Harry luchó por controlar la emisión de feromonas, no deseando estremecer al omega. Sería una conversación desagradable y difícil la que tendría con Aaron, el cual le había prohibido terminantemente cualquier tipo de relación sentimental. «Malo para el negocio» o «innecesario» le explicaba siempre. Cuando se enterase que no solo había mantenido relaciones sexuales con Louis, sino que también lo había embarazado y se encargarían de cuidar juntos a ese bebé, probablemente discutirían tan mal que algo saldría volando sobre sus cabezas. Y, aunque desagradable, lo sobrellevaría por el bien de la pequeña criatura que no tenía culpa alguna y por Louis, quien tampoco se merecía pasar solo por eso.

—¿Cuándo es tu siguiente cita con la ginecóloga?

—El martes. No tienes que venir si no puedes. Será solo una analítica.

—Iré a buscarte.

Su corazón se agitó al escucharlo. Creyó que por su inestable relación Harry lo rechazaría a él y al bebé o le haría abortar lo que irremediablemente los terminaría separando del todo, pero había tomado tan bien la noticia que casi podría estar soñando. Tampoco quería despertar si era un sueño, que nadie le pellizcase.

—V-vale —atinó a decir, aceptando el ofrecimiento.

—Tengo que irme ya —y con sus dedos rozando la cerradura añadió—: no te olvides de decir que soy el padre en esa entrevista. Te estaré viendo.

Louis asintió levemente embobado. Si antes le gustaba ese alfa en ese instante le adoraba.

A causa de sus horarios apenas pudieron verse después de ese día, y la hora de dar su entrevista llegó. El programa de James Corden sería el afortunado en retransmitir semejante bomba informativa que alteraba hasta la punta de sus pies.

Finalizada su presentación se adentró en el estudio en el segundo exacto que su nombre fue pronunciado. La gente aplaudía y chillaba de emoción al verle llegar tanto en su presencia como a través de sus televisores. Tomó asiento en el sillón individual que había sido escogido en exclusiva para él y le devolvió a James la sonrisa amable con la que este le recibía.

—Demasiado tiempo sin vernos Louis. La cámara te echaba de menos. Yo te echaba de menos —exclamó con movimientos exagerados.

—Es el efecto Tommo —bromeó con una sonrisa brillante, inundando de risas el lugar.

James concordó con él y expresando sinceridad en sus gestos dijo:

—No, en serio, estamos muy felices de tenerte hoy aquí.

—Estoy muy feliz también de volver.

—Y tenemos grandes noticias porque nos han dicho que estás trabajando en nuevas canciones para tu álbum en solitario. —El público estalló de nuevo ante la mención de aquello que tanto ansiaban—. Lo que no sabemos es cuándo podremos escucharlas.

—Bueno he estado trabajando mucho en este álbum. Así que puedo decir que estará terminado en unos pocos meses. —Su ceño se frunció, concentrado en explicar lo que sentía al trabajar en hacer nuevas canciones y todo lo que eso significaba para él—. Me haría muy feliz compartir mis canciones ahora mismo pero la inspiración viene cuando viene y estoy trabajando en ello también.

—¿Esto podría significar que te veremos de tour este año? —inquirió con la misma curiosidad que lo haría un niño.

—Finales del siguiente diría yo... —Dio una pista sutil.

—¿Por qué esperar un año más? Tus fans están impacientes. Sí Louis yo también estoy ahorrando para comprar tus entradas.

—Bueno James, me encantaría hacer un tour en cuanto termine el álbum, pero no creo que sea buena idea cargar un vientre hinchado por todo el mundo. —Su pista se convirtió en una confesión demasiado directa, como acostumbraba a hacer.

—¿Estás tratando de decir que-?

Inconscientemente acarició su vientre con cariño.

—Sí, estoy esperando un bebé justo ahora. —Todas sus fans en cada continente se quedarían afónicas después de eso.

—Pero eso es fantástico, felicidades.

—Gracias.

—Nuestro bebé va a tener un bebé chicas —James dijo en un puchero irónico—. ¿Y podemos saber quién es el afortunado papá?

Desearía que estuviera ahí con él, sin embargo saber que le observaba fue suficiente. Incluso en la distancia tenía el poder de tranquilizar sus dudas.

Se acomodó en el asiento suavemente y dijo:

—Harry. Es Harry Styles.

Y Harry no pudo evitar la sonrisa traviesa que cruzó su rostro al escuchar todo lo que el omega declaraba en su entrevista. Definitivamente era un chico muy directo.

—¿Harry Styles? ¿Ese Harry Styles con el que no puedes compartir ni habitación? —su cara incrédula era épica—. ¿Estás seguro?

—Bueno, del odio al amor hay un paso, ya sabes. —No confesar la historia completa no era mentir.

—En este caso hay una cama... —murmuró.

Tras su entrevista las redes sociales explotaron con la noticia, invadiendo cada aplicación con felicitaciones para la nueva pareja, preguntas, sospechas e insultos. La variedad de siempre. Sin embargo la mayoría de mensajes eran de gente que había creído en su amor incluso antes de que ellos se saludasen.

What if I say that I love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora