𝑠𝑒𝑥𝑡𝑜 𝑚𝑒𝑠, 𝑠𝑒𝑚𝑎𝑛𝑎 𝑣𝑒𝑖𝑛𝑡𝑖𝑐𝑖𝑛𝑐𝑜
Las luces de los focos habían hecho aturdir su vista más de una vez en los cinco minutos que había estado allí esperando junto al alfa. Les habían dado varias indicaciones antes de encontrarse con la entrevistadora; una mujer con fama de ser un demonio disfrazado de ángel. Sin haberlo siquiera analizado era capaz de turbar todos los pensamientos de la mente de sus víctimas y sacar de ellas todo lo que se proponga sin esfuerzo alguno. Ningún secreto estaba a salvo de sus garras.
No entendía por qué habían elegido a una alfa como ella para entrevistarlos. Harry solo le dijo que podría ser cruel, pero necesaria. Y sinceramente, no lo entendía.
Louis se movió, sus pies, no llegando al suelo, colocándose en la punta de su zapato como su único apoyo posible.
—¿Cómo te encuentras? ¿Tienes hambre o frío?
—Estoy bien Harry, en serio. No hace falta que me preguntes cada minuto. —Le sonrió. Su atención y preocupación por su estado no dejaba de sorprenderle después de todo. Aún no se acostumbraba.
—¿Sabes lo que vas a decir?
—¿De qué hablas? Voy a improvisar como hago siempre.
Harry liberó una risa suave.
—Por favor no digas nada extraño en esa improvisación.
—No tienes de qué preocuparte cariño, yo siempre digo lo correcto —las palabras salieron solas de sus labios, ya acostumbrados a ese tipo de apodos que siempre se dedicaban en la soledad del acogedor hogar al que Harry le había permitido entrar y del que incluso le había obsequiado la llave. Echando un vistazo en el suelo al lado del sofá en el que los habían sentado añadió—: Ugh mierda, no tengo agua.
—Está bien, voy yo. —Harry se ofreció sin dudar.
—Tan encantador. No tardes por favor —pidió no queriendo encontrarse a solas con la entrevistadora.
Harry asintió llegando con su pedido antes de que cualquier otra persona se acercara a él. Desconocía el instinto protector que de repente había surgido en su alfa. Supuso sería por el embarazo así que le resto importancia siempre intentando que su protección hacia el omega no fuera excesiva o agobiante.
—Tu agua.
—Gracias. —Le sonrió y besó su mejilla de forma casi inconsciente. Ninguno de los dos lo imaginó, normalmente era el alfa el que se acercaba y brindaba pequeños besos o mordidas, siempre sin llegar a tocar la zona de unión por la que más de una vez le había arrancado un gemido que Louis no tardaba en negar. A Harry le gustó.
—Por fin una pareja que llega puntual a mis entrevistas —apareció Rachel frente a ellos con su voz alzada y un bolso de Gucci que no parecía de Gucci, destrozando con su entrada la atmósfera que habían empezado a construir—. Organizo las preguntas y podemos comenzar. ¿La cámara está lista para grabar?
—Desde hace diez minutos —respondió una voz masculina al fondo de la habitación.
—Bien. ¿Vosotros bien? ¿Estáis cómodos?
—Sí, bien —dijo Harry observando si el omega estaba conforme con su respuesta, lo que parecía ser así.
—Perfecto, adelante —la cámara se encendió y ella escondió en una sonrisa fingida todo el estrés que probablemente había arrastrado desde su coche—. Es un honor teneros aquí por fin. La tan famosa pareja que ha estado protagonizando las portadas de las revistas los últimos meses. Harry, Louis, ¿cómo estáis?
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What if I say that I love you
FanfictionHarry y Louis se odian. Una noche se emborrachan y tienen sexo. Unas semanas después aparecen las consecuencias.