Capítulo veintinueve: Vídeollamadas.

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Me conecté a Skype a la hora que Cristóbal me había dicho, y ahí estaba en mi teléfono su nombre con un puntito verde adornándolo. La pantalla cambió. Me llamaba y entonces contensté.

No se veía claro, se movía constantemente y fue cuando me di cuenta de que la estaba acomodando. Cuando se sintió cómodo, lo pude detallar, se había cortado un poco el cabello pero noté que le había crecido barba. Disfrutaba de cómo le lucía porque apenas entráramos a la escuela de nuevo, le mandarían a quitarla. Y en serio le quedaba muy bien.

-Natalia.

-Te luce la barba.

-Gracias, me costó mucho que saliera.

-Ya lo imagino.

-¿Cuándo es que vuelves?

-En semana y media.

-¿Qué, en serio? Es una eternidad.

-Sí, hasta ya me cansa el clima, csi rompo mis pantalones del calor.

-Me hubiera gustado estar ahí. -bufé.

-Cállate.

-¿Y aún sigues Fort Lauderdale?

-Ajá, mañana viajo a Orlando.

-No sabes lo mucho que te envidio, era mi sueño dorado de pequeño. Siempre he querido ir a esos parques. -sonrió.

-Algún día iremos.

-¿Iremos?

-Por supuesto. Es mejor que vayas ahorrando.

-Estás prometiendo otra vez.

-Porque las pienso cumplir. Alista tu alcancía. -sonrió ampliamente.

-Confío en tu palabra, hasta debería grabarlo. -me reí.

-¿No confías en mí? -pregunté burlona.

-Acabo de decir que lo hago, y lo haré siempre.

-Siempre es una palabra muy fuerte.

-¡Oye! Esa frase es mía.

Me despedí por veinte minutos mientras iba a almorzar, prometiendo llamarlo cuando terminara, ya que ese día no saldríamos a ningún lado, más bien, disfrutaríamos del hotel. Luego de haber terminado, me puse mi nuevo traje de baño, me puse bloqueador y me senté al lado de la piscina que estaba algo desocupada.

Le llamé y me contestó al segundo.

-¡Comes muy lento! -me reí.

-No es cierto, te morías por verme. -me burlé.

-Todo el tiempo, me alegra que lo tengas claro y no te pongas que esa estupidez de la cortesía.

Me reí fuerte.

-Hey, ¡Estás en traje de baño! Vivimos en una costa, ¿por qué no hemos ido a nadar?

-No me lo habías propuesto.

-No tengo que proponer todo yo.

-Cuando vuelva iremos a la playa.

-Me parece.

Hablamos al menos una hora más de todo, como siempre lo hacíamos, y que las cosas entre nosotros nunca cambiaran, me ponía bien, hablar con Cristóbal me hacía bien, y por alguna razón, me ponía mal tenerlo lejos, aunque fueran sólo vacaciones.

-¿Allá?

-Cristóbal, ni siquiera sé si quiero estudiar diseño.

-Deberías, eres buena. No sabes cuántos no querrían largarse de esa costa.

-Aún no lo sé, estoy en tercer grado, me falta muchísimo.

-A mí me falta año y medio.

-Pero tú ya lo sabes, ¿o no?

-Sí, pero iré a la local.

-¿No has pensado en el exterior?

-Muchas veces, pero no dejaría a mi madre sola. En otro lugar se enloquecería.

Me callé.

-La local es buena en la medicina.

-¿Y tú?

-Lo estoy pensando. No quiero matarme ahora la cabeza con mi futuro.

-Piénsalo, salir de aquí es una gran oportunidad.

Lo era, de verdad lo era.

Siento hacer los capítulos tan cortos :), pero son necesarios, mañana subiré el otro, común y corriente. Se viene ya por fin lo emocionante, no saben lo feliz que estoy por llegar a esta parte, era lo que estaba esperando desde hace mucho, Jaja. Cuando se me ocurrió la historia, esto fue lo primero que planeé, y quizás los ponga a sufrir un poquito :).

Gracias por leer x

The twilight of our love (Re Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora