Íbamos por el pasillo. Y antes de que llegáramos al gimnasio, el timbre sonó, y de repente una río de gente nos arrastró, haciendo que nos separemos. Lo busqué por todos lados, y luego lo vi a lo lejos. Él también me buscaba con la mirada, y cuando las encontramos, presionó sus labios, impotentes, en forma de disculpa. Yo negué con la cabeza. Le grité que luego lo veía y pareció escucharme, porque asintió y me sonrió.
Nos alejamos, y yo me dediqué a buscar a mis amigos. Luego de un rato, los encontré en las más altas gradas y corrí hacia ellos.
-¡Hey!
-¡Natalia! -gritó Lauren cuando me vio.
-¿Qué hacen aquí?
-Esperamos a que la marea baje. ¿Está bien?
-Emm, sí. Algo aturdida por los empujones, pero bien.
Ellos asintieron y me senté al lado de Simone. Ella me recibió con una enorme sonrisa, que devolví instantáneamente.
-¿Qué tal el escape?
Me sonrojé enseguida.
-Estuvo... Bien. Sí, ¡muy bien!
Ella me miró pícara y luego rió.
-No sabía que tenías novio. De verdad que hay mucho por contar.
-Emm... N-no es mi novio. -Simone arqueó las cejas.
-¿Ah, no?
-No. Pues, no me ha pedido que sea su novia.
-¿Cuánto llevan saliendo, o sea, cuánto llevan así?
-Desde el viernes. -miré mis pies.
Ella soltó una carcajada y me dio un pequeño abrazo.
-¿Y eso es lo que te preocupa?
-Ah, bueno... No sé.
-Nata, es que está buscando la oportunidad, ¿no te das cuenta? no llevan nada. No te preocupes por eso. Tampoco lo presiones, ¿se lo has dicho?
-¡No! ¿estás loca?
Simone volvió a reír. Era muy risueña.
-Pues no lo hagas, deja que las cosas fluyan. ¿desde cuándo se conocen?
-No sé, más o menos cinco o seis meses.
-Ah, y te gusta.
Fruncí el ceño.
-Por supuesto, no voy dándole besos a cualquiera.
Ella me miró por un momento, y luego empezó a reír. Seguimos hablando de Cristóbal, de ella, y de mí. De pronto apareció Abigail, la única chica que conozco que se ve sexy y atractiva con gafas de marco negro y ancho. Lucía tan elegante, como ella misma. Cautivaba las miradas de todos, con su cabello liso y rubio oscuro calléndole por los hombros, y su cara de muñeca. A pesar de semejante belleza y antipatía, era muy inteligente. Algo verdaderamente envidiable. Otra pretendiente de Cristóbal, ¿Por qué se habría fijado en mí?
-¿Quién es? -Simone interrumpió mis pensamientos, y luego me di cuenta de que las dos estábamos viendo a la misma persona.
-Ah, ¿ella? -asintió-. Es Abigail, ¿no la recuerdas?
-¿Abigail?
-Sí.
-¿De verdad? -asentí-, Vaya, han cambiado muchas cosas desde que me fui.
-Sí, pero ella sigue siendo la misma perra de siempre. -Simone rió.
-No me.sorprende, la verdad.
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The twilight of our love (Re Editando)
AcakEn la escuela pública puedes encontrar a todo tipo de personas, en un lugar tan grande como ese, eres una hormiga en un jardín, y como puedes encontrar personas excelentes, puedes encontrar otras con las que prefererías no toparte. Habían tantas per...