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— ¡CHARLES! —se escuchaba claro la voz de Erick.

El dueño de la mansión estaba en su oficina, haciendo la parte más pesada de dirigir una escuela de jóvenes mutantes, el papeleo.

Pocas veces había escuchado a su amigo gritar con tanta desesperación, por lo que notó en seguida que era urgente.

Salió rápidamente de su oficina y se dirigió hacia donde provenía el sonido.

Paró en seco al ver la escena.

   Wanda, a un lado de Erick, temblaba, sus manos tomaban su cabello con desesperación, y, al acercarse, notó que murmuraba cosas, además de un aura escarlata que la rodeaba. Se notaba que Magneto hacia lo que podía para poder calmarla, pero sus esfuerzos eran en vano.

— ¿Q-qué fue lo qué pasó? —dijo al encontrarse de frente con ese par.

— N-no lo se. Ella se puso así luego de que le pregunté sobre su familia. —estaba nervioso— ¿Puedes usar tus poderes? —él lo miró por primera vez desde que estaba ahí, Charles asintió al instante, lo que hizo que soltara a la chica y se alejara.

Xavier colocó dos dedos en su cien y cerró sus ojos, presionándolos, pues entrar en la mente de la vengadora fue una hazaña difícil esta vez. Vio lo que estaba pensando, se notaba que estaba abrumada con tantos recuerdos que llegaban al instante, eran demasiados. Concluyó que no lo hacía a propósito, por lo que decidió aclarar su mente.

Poco a poco, Maximoff comenzó a calmarse. Ya no temblaba, no murmuraba nada ni se agarraba su cabello, solo se esforzaba para regular su respiración.

Abrió los ojos y lo vió, Charles lo miraba bastante preocupado y, al voltear a su lado, notó que Erick estaba igual.

Wanda... ¿estás bien? —el alemán fue el primero en hablar.

— ¿Qué fue lo que... ? —espetó confusa.

— No lo sabemos... —volteó al Profesor y él le sostuvo la mirada por un momento— Estabas pensando en muchas cosas, te abrumaste bastante, al parecer. —intentó explicar Charles.

— No hice nada malo... ¿verdad? —preguntó insegura.

— No, tranquila. Logré ayudarte antes de que pasara eso. —dijo para calmarla.

— ¿Suelen pasarte estas cosas? —preguntó Erick.

— No... nunca, la verdad. Todo es muy extraño desde... —se quedó en silencio un momento, su mirada quedó perdida.

— No tienes que explicarnos nada si no quieres. —le dijo el mutante a su lado, pensó que la haría sentirse mal, otra vez.

— ¡No! Esta bien. —le sonrió de lado con esfuerzo, gesto que imitó al responderle.

— ¿Desde hace cuanto? —preguntó Charles, ella suspiró antes de responder.

— Hace un tiempo estuve encerrada en un mundo de ensueño, una realidad ficticia. No lo recuerdo del todo, pero hay momentos, como estos, que llegan memorias... que no se si son verdaderas o no. —solo lo soltó, pero sabía que podía confiar en Xavier, él le había demostrado eso en el poco tiempo que se conocían.

— Increíble... —

— Voy al baño... necesito refrescarme. —dijo con algo de incomodidad.

— ¡Ah, sí! Hay uno al final del pasillo a la derecha. —ella asintió, se levantó y se dirigió hacía allá.

Erick imitó el gesto de la vengadora, pero con una frustración y decepción reflejados en su rostro. Charles, que lo conocía de años, lo notó enseguida, y lo hizo detenerse cuando ya habían entrado.

HOUSE OF M [wanda maximoff]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora