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Bruce revisó y curó, otra vez, la herida de Wanda, cambiando la venda por prevención. Los tres estaban en el nuevo laboratorio del científico, incluyendo a Sam, quien los miraba a una distancia suficiente de brazos cruzados.

— No descansaste lo necesario luego de esto, ¿por qué volaste teniendo una herida recién hecha? —

— Tenía que venir, iba ser peor si me tardaba. —dijo con malestar.

— Que considerada... —musitó con sarcasmo entre dientes, mientras ordenaba todo lo que había utilizado.

— Ahora, ¿puedes decirnos dónde estabas a noche? —le preguntó el capitán de manera seria.

— Yo... —

— No quiero mentiras, Wanda. Sabemos que te escapaste y luchaste junto a ellos, ¿qué pasó luego? —

— Me quedé con Strange... —dijo con la cabeza baja— No sabía a dónde ir luego de eso... entre en pánico... —se lamentó.

— ¿Él te sanó la herida? —ella no hizo nada por un momento, hasta que asintió como respuesta a Banner.

— Y... ¿Quién te la causo? —

— Los Centinelas. —no dudó en responder, ambos se sorprendieron bastante, pero dejaron que continuara— Si querían matar a los mutantes, estaban preparados con armas, y esto, —dijo apuntando a la venda en su abdomen— es una prueba de ello. —

— No puede ser... —murmuró Sam.

— P-Pero, es imposible, ellos estaban creados para atacar solo a los que poseían el gen que los hace mutantes... —explicaba el de piel verde— No tiene sentido. —

— Aún no me lo puedo explicar... —fue lo qué pudo responder.

   Antes de que pudiera seguir, Fury entró a la habitación en donde estaban los tres Vengadores, se le notaba algo alterado.

— ¿Ya está aquí? —preguntó al regular su respiración, su vista centraba a Wilson.

— ¿Hablas de ella? —apuntó a la chica.

— Tú, —la apuntó con su dedo y se dirigió a ella— vienes conmigo. —

— ¿Qué? —

— Ahora mismo hay órdenes para llevarte y que hables, y el Gobierno no será tan blando como lo estoy siendo contigo en ese momento. —

— Espera, debe de haber otra solución. —intentaba razonar Banner— Ella ya está aquí, solo tenemos... —

— Todos saben que ayudó a los mutantes, quienes destruyeron armamento militar y son fugitivos de la ley. —le respondió el de parche.

— Mismo armamento que los quería muertos. —defendió Wanda.

— Te dije que era otro diseño. —contradijo.

— Claro que no, ella salió herida, intentaban matarlos. —argumentó el moreno.

— Por algo les dije que no salieran. —defendió el de parche.

   Antes de que Wanda se defendiera, un fuerte ruido de hélices desde fuera del edificio interrumpió la disputa. Al asomarse por la ventana pudieron notar los helicópteros que estaban sobrevolando cerca de las instalaciones.

Wanda Maximoff, entréguese. —se escuchaba una voz, desde uno de los transportes— Tenemos órdenes de llevárnosla, haga esto más fácil y aparezca. —

HOUSE OF M [wanda maximoff]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora