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La sangre de Wanda se congeló, apenas recibió la información recordó la mansión, a los estudiantes, a los X-men, a Charles y Logan...

Wanda, ¿estás bien? —dijo preocupado el científico. Al escuchar su nombre, volvió a la realidad— Te colocaste pálida... —

— Y-Yo... n-no creo que debamos ir a esa... m-misión... —

— Es mejor que te quedes, no te ves bien. —dijo Sam algo inquieto también— Visión, ¿te quedas con ella? —le dijo al robot, que había entrado en el momento preciso.

— No te preocupes, Sam. —

   Wanda no pudo más con todo lo que pasaba en su cabeza y decidió salir, pero salir volando del lugar. Visión la siguió, preocupado, al momento.

   La vengadora había llegado a la orilla del río que estaba a un lado de las instalaciones. Allí intentó tranquilarce y se abrazó a sí misma, estaba muy alterada, no sabía que hacer.

Wanda... —esa voz que reconocería a kilómetros la sacó de su cabeza— ¿Puedo acompañarte? —volteó hacia él.

— C-Claro, Vis. —un silencio llegó entre ambos, hasta que el ente artificial habló.

— ¿Cómo te sientes? —

— Bien... eso creo. —dijo algo indiferente.

Sam me dijo que fuiste a la ciudad con el doctor Stephen Strange... —

Sam... —balbuceó para si misma, luego reaccionó— Sam, ¿ya se fueron a la misión? —dijo algo alterada.

— S-si, apenas saliste del lugar. —

— Ay no, tengo que detenerlos. —habló para sí misma, pero en un tono de vos que el robot logró escuchar.

— ¿Detenerlos? Wanda, ¿qué está pasando? —dijo confundido.

Ella no le respondió y se fue volando rápidamente hacia la ciudad, no había tiempo que perder.

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    Policías, militares y medios de comunicación se habían reunido todos en un mismo lugar, el mismo lugar en donde un grupo de 8 mutantes estaba luchando y amenazando a la gente a su al rededor, todos usando sus poderes para defenderse.

    La razón era que alguien los había delatado como mutantes y querían llevárselos, por el único argumento aparente de ser mutantes.

— ¡No se acerquen! —dijo uno de ellos intentando sonar intimidante, pero estaba igual de temerosos que los demás.

— ¡Ríndanse ahora! ¡VAMOS A DISPARAR! —habló uno de los lideres.

   Todos estaban en posición de ataque, los mutantes comenzaron a avivar sus poderes y los armados ya los tenían en la mira.

   Cuando estaban a punto de atacar, un láser de color rojo atravesó el espacio que había entre ambos bandos, llamando la atención de todos.

— Ustedes no atacarán a nadie. —habló una voz femenina desde lo alto.

— ¡LOS X-MEN! —gritó el menor de todos, muy esperanzado.

— Venimos pacíficamente, nos llevaremos a los chicos y ustedes se irán sin salir lastimados. —dijo Bestia sensato desde lo alto de un edificio, en donde estaba acompañado de los demás.

HOUSE OF M [wanda maximoff]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora