Las He Subestimado.

543 73 1
                                    

Pasaron unas horas luego de aquella pelea, los milicos se encontraban volviendo al cuartel, la mayoría con graves heridas, ¿Cómo es que tres muchachas habían sido capaces de esto?. Algunos soldados no habían aguantado el dolor y la pérdida excesiva de sangre, alrededor de cinco personas habían muerto en el camión militar.

Ya en la entrada fueron recibidos por varios de sus compañeros los cuales los guiaron inmediatamente a la enfermería.

Minutos después un superior hizo acto de presencia en la habitación ya mencionada, afortunadamente la enfermería era espaciosa y estaba la posibilidad de atender por completo al grupo.

- Soldado, ¿Qué fue lo que sucedió?. —el superior preguntó sorprendido, cuando escucho la noticia se había burlado pero ahora que veía que no era mentira, un sentimiento de preocupación apareció—
- Mi sargento, debo informar qué nos tomamos muy a la ligera la situación, esas chicas son peligrosas —el cabo tenía una de sus manos en su costilla, hasta hablar le dolía—
- Debo informarle al General —comentó, debía dar la cara pronto, sino no viviría para contarlo—agradezco que me hayas comunicado y me alegro de que no hayas muerto.
- Gracias Sargento Lee —el muchacho le sonrió a su sargento, coloco como pudo su mano a un lado de su cien y se despidió del mayor—

El Sargento salió de la enfermería, debía darle las malas noticia a su General.

Katashi se encontraba en su gran salón caminando de un lado a otro, se sentía nervioso, el estómago le dolía. Tenía un mal presentimiento.

- Mi General llegó el Sargento Lee — comunicaron
- Hazlo pasar —dijo con rapidez, necesitaba escuchar las buenas noticias para dejar de sentirse así—

El sonido de las puertas siendo abiertas hicieron que el General levantara su mirada, Lee se encontraba con la vista seria, no venía con una exagerada sonrisa como él esperaba.

- Dime que tienes buenas noticias.
- Lamento informarle mi General que no tengo buenas noticias —bajo por un momento la mirada— mi soldados fueron al ataque como se les decretó pero
- Pero, ¿Qué, qué sucedió? —lo interrumpió, tardaba mucho en anunciar la noticia—
- Nuestro grupo fue derrotado, Señor. Enviamos alrededor de 40 soldados y volvieron 25, cinco de ellos murieron cuando el camión venía de camino.

Katashi bajó la mirada, ¿Cómo era posible?. Golpeó con rudeza su escritorio y se desquito con todo lo que se encontraba ahí, tirando hojas, libros, igual a un niño haciendo su rabieta.

- ¿Y dicen que ellas son solamente tres? —el sargento asintió, causándole más ira al mayor— ¡Malditas mocosas!, ¿Cómo se atreven a desafiarme a mi, al General Katashi?. Tendre qué llamar con insistencia a mis hijos, ellos serán capaces de hacerse cargo —miró al sargento— ¿Por qué sigues aquí?, largate
- Si, señor.

El muchacho salió del lugar, dejando a solas al Coronel con su General.

- Supongo que los muchachos te dieron respuesta —dijo lanzándose a su silla—
- Si, señor tomarán un avión para llegar más rápido a la capital. Deberían estar aquí mañana temprano.
- Muy bien, me avisas apenas lleguen —asintió— Traeme una botella de ron, así me quito este maldito dolor de cabeza
-  Si señor.

Al terminar de hablar, salió del lugar dejando solo con sus pensamientos al General. Ésto en poco tiempo se estaba volviendo en un lío grande, no era algo bueno, mucho menos para él.

Recordó años atrás cuando también habían intentado revelarse, Katashi sonrió. Si pudo con esas escorias, podría con tres simples niñas, aunque en el intento se perdieran bastantes vidas.
Solo importaba él y su mandato en el país.




Por la ciudad se encontraban las chicas terminando de limpiar el lugar, afortunadamente habían logrado enterrar los cuerpos antes de que los niños pudieran verlos, ya el ambiente estaba calmado y muchos de los habitantes se habían acercado para agradecerles a las hermanas.

- Mis niñas —se escucho, las muchachas voltearon y se encontraron con la mujer mayor que horas atrás había perdido a su querida hija—
- Señora Jey, lamento mucho la perdida de su hija —comenzó Momoko, éstas se sentían culpables, sino hubiera sido por esos mini segundos que tardaron en aparecer, la muchacha seguiría con vida—
- Lo sé Momoko, pero no crean que son culpables, hasta el día de hoy ustedes siempre fueron buenas con nosotras y aunque ahora mi hija no esté aquí, sé que está profundamente agradecida al igual que yo por todo su apoyo. No se culpen mis niñas, a Jeimy no le hubiera gustado eso.

Las tres chicas se encontraban con las lágrimas acumuladas en sus ojos, la  abrazaron no con mucha fuerza, ya que ésta horas antes había sido tirada y le agradecieron profundamente por sus palabras, no se habían esperado esa respuesta pero sinceramente era algo que necesitaban.





Buenos días, ¡feliz domingo de actualización! 🤩.
¿Cómo les baila la vida? 👀
Aquí otro capítulo, algo cortito si pero espero que les guste.
Nos leemos el miércoles ❤️💚💙.

-This is not a typical love story-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora