Comienzo

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-Cuidad de Kanagawa Japón quince años atrás-.

La cuidad de Kanagawa era conocida por se la ciudad más cercana a la capital, era un lugar lleno de paz y armonía, qué muchos turistas amaban visitar.
Tenía una aceptación de los habitantes hacia los turistas muy amigable y sincera, siendo así una de las ciudades más habitadas y recomendadas para ir a vacacionar.

Con el pasar de los meses todo cambió. La avaricia en la gente llegaba a ser muy peligrosa, llegando a causar la miseria a muchísimas personas.

El General Katashi era una de esas personas, cegado por el poder otorgado, decidió apoderarse de todo Japón volviendolo un país guiado por la milicia. Muchos crimines se realizaron por éstos, los soldados no sentían compasión tampoco pena por aquellos que dejaron sin familia. Katashi mandaba a matar a cualquiera que intentará interponerse a su liderazgo o que siquiera pensara diferente a él. Muertes de maneras asquerosas y desquiciadas, torturas y violaciones, incendios, desapariciones.
Se encargaron de derrumbar miles de hogares dejando en la calle a muchos habitantes de aquella ciudad.

Era 15 de septiembre del año 1995, un joven de 24 años iba corriendo junto a su esposa y sus tres hijas, aquellas tenían sólo 4 años de edad. Japón contenía el famoso toque de queda, el cual si, te permitía salir pero contenía su letra chica, si pisabas fuera de tu casa pasando la hora del toque, eras carnada perfecta para los uniformados. Èstos se encargaban de eliminar a cualquiera que se encontrara en la calle.

Utonium agarro en brazo a dos de sus hijas, mientras su esposa llevaba a la mayor de las tres. Se habían pasado del toque, la pareja rogaba no ser descubierta.

- No creo que logremos llegar, querido -la muchacha estaba muy nerviosa, tenía miedo-
- Tranquila, nos queda poco, solo hay que seguir por éste rumbo -estaban siguiendo la dirección de los callejones, así tal vez había menos probabilidad de ser vistos-.
- Utonium hay oficiales por todos lados -la castaña estaba algo alterada, sentía que el camino no se acababa-
- Lo sé, cariño pero ten fe, lograremos llegar -la mujer asintió sin estar convencidad, tenía un mal presentimiento-.


Linternas aparecieron de imprevisto por el callejón, la pareja se oculto junto a sus hijas detrás de un gran bote de basura para así evitar ser vistos.

- ¿Hay alguien ahí?, sal de inmediato -una voz masculina se escucho dentro del callejón-.

El ruido de los bototos en el piso iba siendo más cercano, la mujer temblaba ante eso, no podía permitir que sus hijas fueran asesinadas, miró a su esposo. Utonium no era adivino, pero sabía exactamente lo que su mujer estaba pensando, éste movió su cabeza en negación repetidas veces, suplicandole en silencio a su esposa para que no cometiera un error.

Ésta sin embargo dejó a su hija a un lado y susurro un "lo siento" con sus labios temblando y lágrimas acumuladas en sus ojos. Le tenía miedo a morir, pero más miedo le daba pensar en que les podía suceder a sus hijas, sabía perfectamente que su esposo haría un gran trabajo con ellas en el futuro, de eso no se debía preocupar.

La mujer sin esperar más salio del escondite, Utonium no pudo evitarlo, si se mostraba lo matarían a él también y su hijas no merecían ese doble sufrimiento.

- Lo siento, solo estoy yo -la mujer levantó sus manos, tenía los ojos entrecerrados por la fuerte luz dirigida a sus ojos-
- Dama usted sabe que estamos en toque de queda, no es así?. -uno de ellos le informo-
- Lo sé, pero no tengo un hogar al cual ir, vivo aquí en la calle lamentablemente tampoco tengo una familia a la cual acudir.

-This is not a typical love story-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora