Salí a correr con mi música, se empezaba a notar el invierno en las calles, en las ventanas y cristales empañados, en el frio, y en el vaho que creaba. Di cuatro vueltas a la calle, paré diez segundos, y volví a hacerlos, así durante una hora. Me duché con el agua ardiendo, contrastando el frio de las calles. Vi como caían gotas por mi brazo, como hacían esos recorridos, esas especies de carreras que desde pequeña me dejaban atontada y pensativa. Pisé las frías baldosas, resbaladizas, mientras cogía una toalla y me la envolvía por el cuerpo. Puse música a todo volumen, me puse unos pantalones negros básicos, un jersey gris un poco ancho, una bufanda de invierno, unos guantes cortos y unas zapatillas negras. Cogí mi mochila, y me dirigí a la cafetería, ya era una costumbre, bonita y significativa. La vi mientras cruzaba la esquina para llegar al punto del medio, a nuestro punto de encuentro. Me abrió la puerta, sonrió y pedí un café con leche y un cappuccino largo, nos sentamos en la mesa, le di su café y nos pusimos cada una a leer.
Media hora o una hora más tarde, empezaba a anochecer, poco a poco, lentamente, no dije palabras, simplemente esperaba que me siguiera, y así hizo, salimos a las calles frías y recorrí tres calles en línea recta, giré a la derecha, y había un campo bastante desierto por la falta de calor y buen tiempo, me senté en la hierba, agarré mis piernas con mis manos, haciéndome una bola, y ella, extrañamente, se puso a mi lado, abrazándome, y notando su respiración en mi piel, cerca de mis labios. Era tan misteriosa, con su mirada, su forma de coger las cosas, de fumar, de quedarse en su mundo, evadiéndose cada poco tiempo sin importarle lo demás. Se acercó a mis labios, aún más, haciéndome estirar las piernas, y poniéndome su mano en mi cuello delicadamente. Podía notar su respiración, pausada y algo entrecortada, sus dedos moviéndose lentamente por mi cuello a ritmos distintos, sin estar ninguno de ellos escrito. Besó lentamente la comisura de mis labios, parándose un par de segundos, notando como sus labios se pausaban en la comisura de los míos, y hacían que el tiempo se parara, el alrededor desapareciera, y solo notase ese momento, me miró, aun estando cerca de mí, sintiendo su respiración, y volvió a hacer lo mismo, en el otro lado de mis labios, volviendo a hacerme sentir cada pequeña cosa, y notando como no sabía si de verdad se había parado el tiempo o no.
Se levantó y nos fuimos de allí, me pidió que la esperara, entro en un bar rápidamente, y salió con dos vasos de plástico llenos de vodka bebimos rápidamente y me llevo a su casa, dando tumbos y perdiendo el sentido de cada calle, últimamente el alcohol me afectaba demasiado rápido. Entramos y me tiró en su cama, ella se tiró a mi lado y apoyó su cabeza en mi brazo estirado, me rodeo con su pierna y su brazo mientras me respiraba en el cuello, no quería que ese momento se terminase nunca, o al menos no en mucho tiempo.

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Ella. [parte 1]
RomanceElla, la conoció en una cafetería, y no se dio cuenta, pero iba a cambiar su vida poco a poco, e iba a convertir todo en algo raro, diferente.