Capítulo 9

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─Por favor Rick, quiero que arregles todo este desorden que has causado─ Recuperando su compostura, Unidad se dirige hacia la salida del lugar ─¡Ah! y otra cosa... Deja de seducir a tus pacientes, ten un poco de dignidad o me veré obligada a tomar medidas drásticas─ dijo ella deteniéndose en el marco de la puerta, los muchachos, muy serios, la escoltaron a la directora fuera de la oficina, cerrando tras de si de manera escandalosa la puerta. 

Morty muy nervioso, caminaba fuera del hueco del escritorio de manera lenta, fue cuando la mano de Rick le tomo del brazo cual muñeco se tratase, para subirlo a sus piernas ─¿C-cómo puedes estar tan tranquilo?─ la voz del chico temblaba, sin mediar palabra Rick comenzó a manosear sus muslos, sorprendiendo al muchacho ─S-sueltame─ Gemía asustado, sin decir una palabra el doctor lo empujo hacia al frente, haciéndole tropezar y caer de bruces. ─Vete de aquí─ dijo de manera distante, Morty sintiéndose muy avergonzado ni siquiera de podía mover del suelo ─¡Que te largues, ¿no escuchaste?─ la voz encolerizada de Rick retumbo por todo el despacho, haciendo que Morty se levantara rápidamente y tomara su ropa para salir corriendo. 

Después de vestirse fuera de la vista de Rick, comenzó a dirigirse a  su habitación, a pesar de ser mediodía, el pasillo se miraba mas lúgubre de lo normal, los vellos de sus piel se erizaron, conforme caminaba, la sensación de tener a alguien observándole se hacía cada vez mas intensa. Morty comenzó a correr, aguantándose las lagrimas hasta llegar a su cuarto, después del estrés al que se sintió sometido, lo único que quería era acurrucarse en su cama y hundirse en el sueño mas profundo. Al abrir su puerta, pudo ver un bulto enorme en su cama, el miedo se apodero de el, casi sin respirar lentamente se iba acercando, estirando su mano izquierda para alcanzar un extremo de la sabana, mayor fue su sorpresa cuando al jalar se dio cuenta que no había nada ahí. Se sentó en la orilla de la cama intentando procesar todo lo sucedido, comenzó a llorar lastimosamente mientras que con sus manos tapaba su rostro, acomodando su cuerpo dentro de la cama, siguió llorando hasta quedarse dormido. 

Un ruido debajo de la cama despertó a Morty, poniéndolo en alerta ─¿Qui-quién es?─ decía en murmullo, su mirada estaba fija en el techo, lo que estaba debajo seguía moviéndose inquietamente ─No me hagas daño─ siguió diciendo, escalofríos recorrían su espalda cuando sintió como lo que podría decirse que era una mano, alcanzo su antebrazo haciendo una fuerte presión en el. En un ataque de pánico, Morty comenzó a gritar y a llorar, salio de la cama para correr a la puerta,  la cual no se abría a pesar de girar la chapa, comenzó a golpearla frenéticamente y pedía auxilio ─¡Por-por favor alguien, ayuda!─ poco a poco se deslizaba hacia abajo hasta quedar de rodillas mientras seguía golpeando con sus puños la entrada ─Alguien, quien sea, ayúdenme─ su voz poco a poco dejaba de escucharse, ahora golpeando la puerta con su cabeza levemente hasta caer desmayado. 

Por otra parte,  Rick se encontraba caminando para llegar al subterráneo, los gritos y lamentos hacían el ambiente tan pesado que casi ningún enfermero duraba mucho tiempo ahí abajo.  Estaba completamente furioso, abrió una de las celdas y saco casi a rastras al paciente el cual estaba golpeando su cabeza con la pared, dirigiéndose a una habitación con una puerta roja y una advertencia de peligro. ─¡Hey!─ alzo la voz por las pequeñas rendijas que se ubicaban en la parte alta de la puerta ─¿Como te sientes hoy?─ preguntaba a la persona que se ocultaba en la sombra de la habitación, casi imperceptible al ojo humano. ─Grrrr─ un gruñido solo se escucho como respuesta ─Apuesto a que ya no aguantas esa sensación en tu parte inferior─ seguía diciendo con un tono de burla, el chico que tenía sujetado comenzó a removerse inquieto por lo que presentía que se avecinaba ─Vamos, acércate, hoy te traje a  tu favorito─ acto seguido abrió la puerta rápidamente aventando al interior al indefenso chico, Rick seguía de pie viendo por las rendijas ─¡NO, NO, NO, ALEJA TUS SUCIAS MANOS DE MI!─ gritaba fuertemente el paciente, que ya estaba sometido por lo que parecía una sombra mas que un humano. Unas manos en forma de garras podían vislumbrarse con la poca luz de ahí, sujetaban al chico por las caderas, haciendo tal presión que comenzaban a sangrar, las embestidas y los lloriqueos llenaron el lugar, todos los enfermos guardaron silencio al instante, podían adivinar lo que sucedía. 

El miembro del mayor entraba y salia rápidamente del culo del enfermo, escurrían hillillos de sangre alrededor, al punto del colapso el chico intentaba safarse del agarre. El otro, sin piedad seguía embistiendo y exhalando gemidos de excitación al aire, comenzó arañar su espalda, frenético seguía empalandolo, haciendo que los gritos fueran mas y mas desgarradores. No pudo aguantar y cayo inconsciente, dejando a la merced su frágil cuerpo. 

Rick observaba con entusiasmo la situación, le provocaba placer ver el miedo y sufrimiento de otros y desde que encontró a ese enfermo un año atrás en uno de los callejones de la ciudad, se divertía aun mas. No sabía exactamente que era o quien era, lo encontró desmayado al lado del contenedor de basura, parecía un vagabundo, un alto y fuerte vagabundo, su ropa estaba roída por el tiempo y su semblante era pálido. Por un momento pensó que estaba muerto, pero al acercarse pudo ver que aun respiraba, RIck poso su mano en el hombro y lo sacudió un poco para despertarlo, el hombro sorprendido abrió los ojos, mostrando unos orbes completamente negros, lo cual le pareció sumamente intrigante, le dijo que si lo acompañaba al hospital donde el trabajaba, le dijo que recibiría atención y comida, le dijo que tendría un techo donde dormir, el otro sin mediar palabra le siguió. Tras varios experimentos, el doctor se dio cuenta que algo estaba sumamente mal con el, los pacientes a su alrededor comenzaban a dejar de dormir y enloquecían de manera mas rápida, se quejaban constantemente las voces que llegaban a su cabeza, de los ruidos en la celda del nuevo paciente y de los alaridos que ahí proferían. Con el tiempo Rick, descubrió que el enfermo adoraba cojerse fuertemente a lo que le pusieran enfrente, los destruía desde adentro casi dejándolos sin vida, algunos morían y otros apenas sobrevivían. Cuando pasaba tiempo sin tener algún contacto sexual, de nuevo las cosas extrañas comenzaban a su suceder y últimamente con mas intensidad. En los últimos reportes, se había informado del cambio en el cuerpo de ese paciente, aparte de sus ojos, ahora gran parte de su cuerpo se había tornado oscuro, a Rick le causaba cada vez mas curiosidad, aunque ya se le estaba saliendo de control. 

Después de venirse repetidas veces alrededor del cuerpo inerte del otro enfermo, empujo el cuerpo hacía la puerta y se escondió nuevamente en las sombras. Rick sospechando lo que paso, abrió la puerta lentamente y prosiguió a jalar al enfermo, ya estando afuera cerro nuevamente el lugar ─ Nos vemos luego─ dijo mientras checaba los signos vitales del otro, se había ido, le dio la vuelta al cuerpo y observo como su entrada había sido rasgado a tal grado, que podía ver fácilmente en su interior. 

Espero les guste el capítulo, hasta ahorita lo termine por que seguía pensando que mas ponerle

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Espero les guste el capítulo, hasta ahorita lo termine por que seguía pensando que mas ponerle. 

Bueno, nos vemos luego. 

En el Psiquiátrico te conocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora