Capitulo Nueve

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NamJoon despertó con YoonGi apoyado en su hombro durmiendo plácidamente, no quería despertarle, no después de haber pasado gran parte de la noche llorando y él consolándolo.

Pudo ver la mano izquierda de YoonGi sobre su pecho, su mano estaba herida con moretones y un poco de sangre. Sus manos eran tan hermosas como para estar heridas, así que besó lentamente la herida en los nudillos del cambia forma y éste levemente se quejó, pero su mano comenzó a sanar de a poco.

- Pero qué... - NamJoon estaba anonadado e impresionado, incluso sabiendo que YoonGi no tenía la herida de bala cuando lo salvó. En unos segundos mano estaba totalmente limpia, como si nunca hubiese existido una herida allí. ¿Cómo podía ser posible?

Lo miró un poco extrañado. YoonGi aun dormía profundamente y se veía mucho más mucho más tranquilo, y eso lo alegró por que no soportaba verlo tan mal, le besó la cien con cariño mientras le acariciaba el cabello.

- Eres tan bello... - Soltó en un pequeño susurro mientras veía con ternura sus ojitos cerrados.

- Y tú eres tan guapo, Nam - El contrario abrió sus ojos como platos sonrojándose al instante, pero YoonGi ya tenía su rostro cubierto con sus manos, aunque sus orejas delataban lo avergonzado que estaba.

- ¿Así que estabas escuchándome? - Levantó una ceja sonriendo tontamente. YoonGi movió su cabeza en señal de afirmación y NamJoon acarició su oreja roja llegando a su arete, viendo la perlita de color blanco intenso. Pudo jurar que aquella era completamente negra. Escuchó una risita de parte de YoonGi - ¿Tu arete no era negro? - Volvió a pasar sus dedos por su oreja y su arete.

- Depende de cuando lo mires - YoonGi le observó sonriendo. "Esa sonrisa que tanto me gusta" y también le sonrió. Y de un parpadear a otro se vio a él y a YoonGi en la misma posición con ropas que sólo les cubrían sus partes íntimas, con ropas que no eran acordes a la época en la que estaban, dentro una casa típica de la antigüedad. El rostro de YoonGi era el mismo, hasta que su mano tocó su mejilla.

- ¿Estás bien? - Devuelta al presente otra vez. "¿Qué fue eso?", el rostro de YoonGi lo miraba preocupado. NamJoon le sonrió devuelta.

- Sí, tranquilo zorrito - Le desordenó el cabello.

- Eh... ¿Cómo que "zorrito"? - Los labios de YoonGi formaban una línea recta mientras inflaba sus mejillas - ¡Soy un zorro fuerte! ¡Muy fuerte! - YoonGi subió sus hombros y mostrando sus delgados brazos sonriendo orgulloso de sí mismo.

- ¡Oh! Perdóneme gran zorro Min YoonGi, es usted una verdadera bestia - NamJoon le seguía la corriente en un tono sarcástico, mirándole divertido, carcajeándose. De un momento a otro NamJoon se lanzó sobre él, quedando encima de su cuerpo - Muy fuerte, ¿No? - Sonrió de lado, coqueto, viendo como el pálido se sonrojaba desviando la mirada. YoonGi tenía una cara de disgusto totalmente fingida, hecha solo por que su orgullo era demasiado grande para que NamJoon supiese lo avergonzado que estaba. NamJoon se quedó encima de él mirándole, para finalmente darle un beso en la frente con cariño. De pronto YoonGi quería llorar - Debo ir a trabajar, duerme un poco más zorrito - Dicho esto se levantó y fue directamente al baño donde no se tardó en oír el sonido del agua.

"Después de todo sigue siendo él" pensó tratando de confirmar lo que tenía más que claro. YoonGi sonreía con un nudo en la garganta, ¿Quién le diría que NamJoon se iba a comportar así? Después de tanto tiempo esperando por él, esto era como un tipo de recompensa para él.

...

Al llegar al restaurante saludó a todos, curiosamente se había demorado un poco más en salir, ya que, YoonGi en su forma de zorro no le dejaba ir así que le dejó la polera que traía puesta ayer cuando se quedó dormido y así le dejó ir.

& Lt; & lt; Our History & gt; & gt; NamGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora