Capitulo 16

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D e i d a d S u p r e m a

—Creo que necesitan refuerzos.- exclamo viendo el pozo sin fondo.

Ban lo había formado al golpear con fuerza a Hendrickson y fueron tras él al percatarse de que había una cueva subterránea.

—Estarán bien.- le resta importancia Hawk- Son cuatro contra uno. Yo solo hubiera podido pero insistieron en ir ellos.

—Están tardando.- Diane suspira- Desearía caber.

Antes de poder responder, un fuerte viento nos envía hacia atrás. La tierra se levanta y tengo que cerrar los ojos para que no entre en ellos, al abrirlos diviso a los pecados algo heridos.

—¿Qué carajos?- cuestiono, levantándome y sacudiendo la tierra de mi ropa

Hendrickson, ahora con piel agrisada, alas y cuernos, camina con lentitud hacia nosotros.

—¡Su objetivo es Elizabeth!- grita Meliodas, lanzándose sobre el demonio- ¡No dejen que se acerque a ella!

El ataque del capitán no funciona, en cambio, Hendy lo golpea al igual que a Gowther, quien termina sin cabeza.

—¡Deténgase, gran maestro!- grita uno de los caballeros- ¡Está acusado de traicionar al reino!

—Nieve oscura.- pronuncia y sobre todos aparecen pequeñas bolas negras.

—¡No dejen que los toque!- exclamo, envuelvo a las princesas en una cápsula de ramas- Hawk, tenemos que protegerlas.

Nos encontrábamos un poco más alejados del caos, observando a los caballeros atacar con dureza a Hendrickson, pero este no luce ni un poco dañado.

Unos golpecitos me hacen desasear el "nido" y me sorprendo al ver a Ellie despierta.

—No quiero que más inocentes mueran.- habla débilmente-¡Huyan!

Giro mis ojos y mi mano se cierra con mas fuerza en la empuñadura de la espada, los caballeros caen mal heridos y mi corazón bombea con fuerza.

Suspiro de alivio al ver a los pecados en acción, Diane y King usan sus tesoros sagrados contra él. Me sentía inútil al solo observar desde lejos, pero tenía que proteger a Elizabeth, no podía permitir que la guerra santa iniciara.

Un campo de fuerza oscuro se impone sobre el demonio, lanzando con fuerza a todos aquellos que estuvieran cerca, me preparo para recibir el impacto, echándole una última mirada a las princesas.

—Siempre tengo que salvarte tu trasero, ¿no, Sun?-Meliodas se posa frente a mi, absorbiendo la magia negra.

—¡Mel!- su cuerpo cae sobre mi

—¡Señor Meliodas!- exclama Ellie desde atrás

—¡Elizabeth, huye!- murmura mi amigo- Asuna, ponla a salvo.

Sabía que él no podía morir permanentemente, pero eso no disminuía mi preocupación. Con esfuerzo lo recuesto a mi lado y levanto a la peliblanca.

—Meliodas, en verdad, eres un hombre peligroso- En la oscuridad más profunda que absorbe la noche serán consumidos. 

Mi respiración es irregular, temía por la vida de los soldados, por los que aún respiraban. Hendrickson forma una bola de poder más grande, lanzándola a nuestra dirección.

—¡Corran!- mis piernas no me obedecen y solo puedo ver como eso se acerca

No podía dejar que muriera, Meliodas era el ser más importante en mi vida, era mi hermano, mi alma gemela. Ambos habíamos sufrido tanto en los últimos tres mil años, viendo morir a todos los que se cruzaban en nuestro camino, siempre éramos sólo él y yo.

—¿Qué haces?- indaga alarmado, me coloco frente a él dispuesta a protegerlo- Asuna, no.

—Si tengo que pasar otro día atada a ti, prefiero morir.- bromeo viéndolo de reojo- Cuídalos.

Eres inmortal hasta que se demuestre lo contrario, no envejecía, ni mucho menos he muerto, pero tampoco estaba claro si podía hacerlo. ¿La Deidad Suprema me lo permitiría? ¿Volvería a mi hogar? ¿O iba a acabar todo?

—¡Sun, no!-la voz de Mel suena entrecortada, pero está demasiado débil como para detenerme- No puedo soportarlo sin ti.

—Tendrás que hacerlo, rompe la maldición.- mis cabellos se mueven- No dejes que la guerra inicie.

La sonrisa se mantiene en mi rostro pero las lágrimas lo inundan, era egoísta al pensar que sería libre del ciclo sin fin. Quería vivir, pero estaba tan cansada de ver muertes, de sentir ese ardor en mi tobillo cuando Meliodas estaba cerca, estaba harta de ver morir a Elizabeth y presenciar como Mel sufría, quería vivir, pero una vida sin la maldición.

Siento el golpe y el dolor quema mi cuerpo con rapidez, mis huesos arden y se endurecen, la oscuridad me absorbe y un fuerte sonido molesta mis oídos, solo son segundos de agonía antes de que una reluciente luz blanca me encandile.

Parpadeo un par de veces para acostumbrarme, antes de abrir por completo los ojos con sorpresa. Rio con emoción, sintiendo mis hermosas alas blancas moverse, cuanto las extrañaba.

Todo seguía igual, tan hermoso y pacifico, en silencio y sin inquietud y frente a mi esta ella, tan imponente.

—Has dejado que vuelva.- hablo sin dejar de sonreír- Gracias, Madre.

—Sigues protegiendo al demonio.- suelta después de un suspiro, su voz, casi olvidaba como sonaba- Aun no lo entiendes.

—Si él moría, la guerra santa comenzaría...de nuevo.- balbuceo- Tenia que salvarlo.

—Todo tiene que seguir su rumbo.- exclama golpeando el suelo con su enorme bastón- La Guerra sucederá siempre, hasta que terminemos con todos ellos y después de Tres mil años, vuelvo a preguntarte, ¿estás dispuesta a hacerlo?- retrocedo un poco- ¿Lucharás junto a tus hermanos o contra ellos?

—Podemos vivir...todos, en paz.- murmuro sin verla

—¡No!- grita, asustándome- Ese ser despreciable te ha corrompido, naciste siendo una guerrera, de las mas fuertes, tu misión era proteger y hacernos prevalecer.-brama- No eres digna de ser una Diosa.

Su mano se mueve y caigo al piso, ni si quiera quiero voltear, sé que ya no están ahí. El nudo en mi garganta se hace más fuerte, sin dejarme respirar.

Yo, la Deidad Suprema, te maldigo a ti, mi hija, Asuna Inari.

—No, no.- el peso en mi tobillo vuelve, lastimándome- ¡No!

—A pasar toda tu eternidad sufriendo la muerte de tu hermana, Elizabeth la traidora.- repite con ira.

Intento sacar la cadena que estira de mi, pero es inútil, me arrastra por el suelo con rapidez. Cierro con fuerza mis ojos y cada recuerdo, desde el primer momento que conocí a Meliodas hasta mi muerte, golpean mi mente, rápido y segador.

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Tarde pero seguro, sorry, mi internet es una mierda.

Este cap es para que conozcan un poco más de Asuna.

Mi pecado, mi maldición [Ban]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora