Capitulo 11

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A l a n

—¿Meliodas alguna vez ha usado una arma normal?- cuestiona Elizabeth mientras cubre un cartel del nombrado con uno de la taberna

Esa era nuestra tarea del día, promocionar la taberna. Solo había aceptado para cuidar de la princesa, íbamos "encubiertas" por petición del puerco, pero solo nos cubría un chal.

—Ni idea.- responde Hawk- No desde que lo conozco.

—Si, su tesoro sagrado.- hablo bajo sus miradas- Hay que movernos.

—¡Escóndanse!- el maestro de las sobras grita- Son caballeros.

Estiro de la peliblanca hasta un gran arbusto, nos asomamos para ver cómo se alejaban.

—¿Acaso las olfatearon?- indaga incrédulo

Si bien yo no era prioridad del reino, también estaba en busca y captura, por, según los caballeros, traicionar al rey y manipular a la princesa.

—Esos caballeros sagrados tienen un increíble sentido del olfato.- exclama una cuarta voz

—Si, pero no tan bueno como el mío.- se auto halaga el animal

Al reaccionar, los tres giramos asustados y me pongo frente a ellos para protegerlos del extraño, que raramente me es familiar.

—Hola.- sonríe, parece simpático- ¿Ustedes también están jugando al escondite?

Inclino mi cabeza, analizándolo, cabello verde, brillantes ojos y una ligera sonrisa, estaba segura que su voz la había escuchado antes.

—Lo lamento.- se levanta y lo imito- No me presente como es debido. Hola, señoritas.

—Hola.- saludamos extrañadas

—Y también a ti.- suelta un extraño ruido imitando al cerdo

—¡¿Te estas burlando de mi?!-rio

—¡Un cerdo que habla la lengua humana!- su sorpresa me causa aún más gracia

—Si, es sorprendente al principio.- exclama aún en el suelo

—¿Esos matones también están tras de ti?- indaga Hawk

—¿También tras de ustedes?- abre su boca en una o- ¿Buscan a su criatura y a ustedes?

—Este tipo no me agrada.- murmura el animal y  palmeo mi frente

Estiro mi mano y Elizabeth la sujeta para impulsarse y levantarse, el tipo aún nos ve con su sonrisa, empezaba a ser algo escalofriante.

—Me llamo Alan.- se presenta

—Soy...

—¡No, Elizabeth, no le digas tu nombre!- viro mis ojos y niego

—Tienes razón, Hawk.-¿en serio?

—Elizabeth y Hawk, un gusto.- habla Alan

—Mantendremos a Asuna en anonimato.- dice nuestra próxima comida- ¡No, lo hice de nuevo!

—Decir tú nombre es de buena educación.- informa el peliverde— Solo se usan en la conversación.

El viento hace chocar uno de los carteles con la cara de Elizabeth en el rostro de Alan.

—Esto me dará dinero.

—Si vas a vender a alguien, véndeme a mi.- dramatiza Hawk

—Es broma.- ríe ligeramente- Solo necesito pegamento para reparar una armadura.

Mi pecado, mi maldición [Ban]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora