Devaluación.

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Se ha destruido.
Es cierto.
Se cortó los brazos con bisturí, por ser tan cobarde y no querer sufrir, por creer que debía merecer el dolor y creer que la curaba.
Una vez se hizo mierda.
Una vez hizo mierda.
La lastimaron.
Ella lastimó.
Le llegó su karma.
Lo que no puedo entender
¿Porqué sigue ahí?
La soledad no la matará.
¡Un salud por esos amores que te joden la mentalidad!
Que te hacen añicos sin estar.
Que te tuercen el cerebro con un encuentro fantasioso.
Se rien.
Disfrutan de ti, de tu compañia o eso te aparentan.
Pero al darse media vuelta la realidad cae de golpe y te hace pedazos la surrealidad.
¡Un salud por esos amores tan hijos de puta!
Permanecer al lado de alguien que quieres pero te rompe en pedazos con cada palabra.
Caes en cuenta que cada una de ellas esta dentro de tu cabeza hincando.
Jodiendo.
Pisoteándote como la basura que crees ser.
Pero te quedas porque sabes que no tienes oportunidad con nadie más.
Porque crees que mereces ese poco amor propio que ni tu lo enriqueces.
Te quedas.
Porque eres tan egoísta que no quieres que alguien viva feliz sin ti.
Te estancas ahí porque te da miedo.
Temes a lo que sea capaz.
Y caigas en cuenta que le rompiste el corazón una vez más.
¡Un salud por esos amores que que no amas!
Tu no pierdes nada, solo te pierdes a ti, y según tu internamente no vales ni un centavo.
No sé si fue tu crisis existencial o andas devaluando el amor.
Crees que es poco.
Poco para ti.
Solo no te vas.
Por miedo.
Por tu cobardía.
Por tu engaño malicioso.
Por tu masoquismo imperdonable.
Porque crees que mereces estar en una cárcel donde tu felicidad es vivir en medio de conflictos.
¿Momentos buenos dices?
Los vives con todo el mundo.
Pero sabes que nunca pesará más que tu momento malo.
Te sientes tan encerrada, porque te cuesta aceptar que tu también fuiste una maldita mierda.
¡Un salud por esos amores...
Por ese amor propio ingrato que te tienes!
El no te hizo porquería. El no te pisoteó.
El no te partió en dos y te dejó tirada.
La que se abandonó fuiste tú.
Solo tú.

Inmortal de corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora