Capitulo 11

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 Lo miré a los ojos, esos ojos cafés tan hermosos que tenía. Él dio un pequeño suspiro, y comprendí que lo que iba a ser estaban mal, di una pequeña sonrisa y lo observé.

-Lo siento, aún no controlo esto. -dije y me levanté, estreché la mano para que la tomara, y eso fue lo que hizo.

-No te preocupes, tendremos que practicar eso. -dijo y le levantó.- ¿Lista para intentarlo nuevamente?

-Sí.

-Cuando vas a bajar, el vuelo de tus alas tiene que diminuir. Si vas a bajar, el movimiento tiene que ser un poco más lento y mientras bajes, el vuelo será más y más lento. Es como cuando patinas o andas en bicicleta. 

-¡Oh! Comprendo. -dije con una sonrisa.

-Inténtalo... -se hizo a un lado.

 Miré mis alas, y lo hice, permanecí en el aire por unos momentos, y cuando quise bajar, hice más lento el vuelo. Mis pies tocaron el suelo suavemente, se sentía bien aprender a controlarlas, ya que es algo muy importante para un ángel.

-Aprendes rápido. -dijo con una sonrisa.

-Gracias. -dije.

-Entonces, ahora te enseñaré a controlar tus dones. -dijo algo tranquilo.

  Estuvimos casi toda la noche haciendo esto, y estuve mejorando mucho, de hecho Mitchell se dio cuenta que mis dones son increíbles, y uno de ellos es el aprendizaje, y supongo que es por eso que se todo rápidamente.

 Me ordenaron a que vuelva a casa, pero yo solo quería conocer a mis padres, pero ellos no estaban en el "castillo", de hecho, no se en dónde estaban. Me dieron la orden de que mañana vuelva, que Tomas me pasará a buscar para que no me pierda en el camino. 

 Al llegar a casa, Tomas me enseñó a esconder mis alas durante por lo menos todo un día, pero tendría que aprender a hacerlo por más tiempo. Bajé de las escaleras y allí se encontraba mi tía, haciendo el desayuno. Me acerqué a ella en busca de respuestas, estaba algo enojada, pero la entendía. 

-¿Por qué me mentiste?

-¿De qué hablas? ¡Oh! ¿De la receta que te pasé? Te dije que tiene que... -la interrumpí.

-¡No es sobre la estúpida receta! ¿¡Cómo no me dijiste que mis padres estaban vivos y que yo soy un ángel!? -le dije levantando la voz.

-¿Cómo... Cómo sabes?

-Eso no importa, porque ya salieron mis alas, y vino Tomas, un ángel que me llevó al Instituto, me dieron unos entrenamientos.

-¿Tomas?

-Sí, ¿Lo conoces?

-Sí... Es un gran amigo de la familia... Mira Madison... Hace 17 años, tu padre tuvo un accidente de auto, pero nunca hallaron el cuerpo. Luego de unos meses de tantos lamentos, llegó con tu madre, y un pequeño en sus manos. Eras tú, me contó que tendría que cuidarte hasta que cumplas una edad adulta, y puedas depender de ti misma. Tenías un destino, y es salvar al mundo, es por eso que te mandó al perrito, para que cuides de él.

-No quiero hablar de esto... -dije y me fui.

-¡¡Madison!!

-¡Calla! -grité y subí las escaleras.

 No quería escucharla, quería irme de aquí. Estaba dispuesta a irme al instituto, pensé el recorrido de ayer y recordé el camino. Saqué mis alas de mi cuerpo, tomé el jarabe que me dio Tomas y salí por la ventana volando.


 Al llegar al instituto, entré, caminé hacia el patio, y allí estaba Michtell, él me miró con los ojos llorosos y me abrazó.

-¿Qué sucede?

-Todos me mienten... No tengo a nadie. -dije y lloré en su hombro.

-Me tienes a mi. -dijo y me miró.

-¿A ti?

-Sí, siempre me tendrás. -dijo y me abrazo muy fuerte.

 Siento que Michtell está hecho para mi, siento que él es muy importante en mi vida, y desde que lo conocí, algo ha marcado en mi vida. Sinceramente, pienso que todo va a cambiar desde ahora, ahora ya se mis raíces familiares, lo que estoy hecha, mi destino, y mi aprendizaje en la vida. Y si no estuviera él, no se que sería, sin él no sabía ni controlar mis alas. No estoy muy segura de lo que me pasa, pero creo que este es un gran comienzo para mi.

-¿Que pasó? -me preguntó.

-Justin es un idiota, me dejó en ridículo; mi tía me miente, nadie me entiende y lo peor es que siento que cargo toda la culpa. -dije llorando.

-No tienes por que cargar la culpa de algo que no tienes nada que ver. -dijo y me miró a los ojos.- Eres una gran persona, y Justin es un idiota por no valorarte, si yo estuviera con una chica como tu, nunca, pero nunca te dejaría ir. Porque vales mucho, y eres muy especial. -dijo muy cerca de mi cara.- No tienes nada que llorar por él, los chicos van y vienen. Y si él quiere estar solo con Britney, que lo haga a su manera, pero no permitas que te lastime, porque tu sales herida, y él sale siempre ganando. ¿Dónde está tu banda? Ya ni practican, él es un maldito idiota. Nunca hay que creer ni una palabra de él.

-¿Cómo sabes de eso?

-Somos ángeles, preguntar eso es como preguntar los números. -me miró.- ¡Oh! Casi lo olvido... -dijo y tomó una rosa de la planta.- Feliz cumpleaños. 

-Gracias. -sonreí.- Eres el primero en decírmelo. 

-¿Enserio?

-Sí, nadie me lo ha dicho. 

-Ven. -dijo y me abrazó nuevamente.- Siempre estaré para  ti, lo sabes.

-Lo se. -dije con una sonrisa.

-Lamento interrumpir este hermoso momento. -dijo Tomas.- Pero hay alguien que te quiere ver. -dijo y dio una pequeña sonrisa.

-Ve...-dijo Michtell.

 Caminé junto a Tomas, no sabía quien quería verme. Y de hecho en el camino, me entregó una caja de chocolates y me dijo "Feliz Cumpleaños". Hoy es mi cumpleaños número 17, ya creo que estoy algo grande y madura, pero no es la gran cosa. Llegamos a una habitación, éste me miró y me dijo.

-Solo entra, pero entiende que este tiempo lo han esperado mucho. Entiéndelos. -dijo y se fue.

 No sabía de que se trataba, abrí lentamente las grandes puertas y allí había un hombre y una mujer, no muy viejos, tal vez de 30 a 40 años. Ellos se dieron la media vuelta y me vieron, ahí comprendí que eran mis padres. 

 He esperado este momento hace mucho tiempo, ellos estaban tan elegantes, tan lindos. Era raro conocerlos, pero algo fuerte sentía en mi pecho, como si fuera una felicidad eterna. 

Give Me Love |Justin Bieber|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora