once

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-¿Segura que no quieres comer algo más? -volvió a insistirme Ange.

-Ya no puedo comer nada más -mis mejillas ardían al ver los platos vacíos frente a mí.

El recorrido hasta el restaurante había sido en silencio, tenía ganas de preguntarle si Rosé era algo más que una simple amiga de Lisa, pero no me atreví. Eso sería meterme aún más en la vida de su hija y de cierta forma yo tenía que mantenerme al margen. Involucrarme más de la cuenta podría provocar mucho dolor tanto para mí, como para mi bebé y Lisa.

-No tienes por qué sentir vergüenza Jen, es normal que comas tanto mientras estas embarazada -Rosé me sonrió, mis ojos se abrieron de golpe.

-¿Co-como sabes? -tartamudeé.

-Bueno, digamos que Marcos no es nada discreto y a todo el mundo le está diciendo que será abuelo -sonrió tiernamente -Le pregunte si Leo había embarazado a alguna chica y me hablo de ti.

Era oficial, mis mejillas ardían como nunca antes. ¿Marcos andaba divulgando que sería el abuelo de mi bebé? Nuestro bebé El eco de la voz de Lisa se escuchó en mi mente, una lagrima cayo por mi mejilla.

-Cariño, no llores -Ange tomo mi mano sobre la mesa -Sabes que cuentas con todo nuestro apoyo, no tienes llorar.

-Inclusive puedes contar conmigo para lo que necesites -Rosé me sonrió sincera.

-Es solo que... sigo sin comprender como ustedes sin conocerme pueden darme tanto apoyo y mi familia no pudo hacerlo -sollocé. A veces los extrañaba tanto.

-A veces los padres no sabemos cómo actuar con algunas cosas, y reaccionamos de la peor manera, pero tengo el presentimiento que llegara el momento en que ellos se darán cuenta de que los necesitas y estarán para ti -me miro dulcemente mientras las lágrimas caían sin control por mis mejillas.

-Lo siento, lloro mucho -me disculpe sin dejar de llorar.

-No te preocupes es parte del embarazo, te sensibiliza de más -me guiño un ojo -A menos que seas como Rosé, que llora por todo -la señalo con la cabeza. La observe y en su mirar ya había amenaza de lágrimas.

-Oh calla, que yo no tengo la culpa de ser demasiado sensible -se limpió delicadamente una lágrima discreta que rodaba por su mejilla.

Todas reímos y yo volvía a agradecer por haber puesto a los Manoban en mi camino, y ahora a Rosé.

Después de haber comido regresamos a la oficina. Ange insistió en que al menos pidiera un postre para llevar, diciendo que más tarde me daría hambre de nuevo y no debía estar sin comer tanto tiempo.

-¿Puedo preguntar algo? -salió de mi garganta sin mi permiso mientras Ange ordenaba unos papeles sobre su escritorio dándome indicaciones para el día siguiente.

-Claro cariño, ¿qué ocurre? -No levanto la vista y en secreto lo agradecí.

-¿Qué es Rosé de Lisa? -otra vez, no tuve control alguno de mi lengua -es decir... ¿Por qué ese comentario de que quería saludarla y tú le dijiste que todos los días la ve y ella esquivando el tema? Y bueno... creo que no debí preguntar -guarde silencio al notar su mirada sobre mí.

-Rosé es una chica encantadora, y hubiera dado lo que fuera porque Lisa hubiera tenido algo con ella -me sonrió provocando que me sonrojara -Pero ella es de la familia, quiero decir, no directamente de sangre. Llego a esta empresa haciendo sus prácticas de estudiante. Poco a poco fue subiendo y bueno, ahora está donde está por su esfuerzo. Marcos y yo la queremos como a una hija más -sonreí también. Ellos son muy buenos.

-Y Rosé evito el tema porque prefiere recordar la vez que me rechazo solamente cuando estoy yo, para burlarse de mi -La voz de Lisa llego a mis espaldas.

Instintivamente voltee para verla. Se veía aún más hermosa de cuando la vi en la mañana, me perdí en ella.

-Es más divertido hablar de eso si estas presente -Rosé apareció junto a Lisa un segundo después.

-No, realmente no es divertido -el ceño de Lisa se frunció mientras observaba a la más pequeña -pero creo que fue lo mejor -sonrió regresando su vista hacia mí. ¿Cómo era que se respiraba?

-Sí, fue lo mejor -La voz de Ange me regreso a la realidad -Ahora eso se vería como incesto -todas rieron, creo que aún estaba en shock por ver a Lisa-¿Cómo les fue en la junta?

-Bastante bien, ya sabes cómo es papá, logro llegar a un acuerdo con el señor Fitzer -se encogió de hombros mientras llegaba hasta su madre para darle un beso en la mejilla.

-Lo sé, es el mejor -levanto una ceja.

-¡Ew madre! ¡No quiero saber esas cosas! -Rosé rio, por mi parte creo que esta vez estaba de acuerdo con Lisa.

-Tu solita pensaste, yo no dije nada -se burló su madre.

-Ok, nos vamos -tomo mi mano y me puso de pie.

-¿Se van? ¿A dónde? -su mirada viajaba de su hija a nuestras manos aun unidas a mi rostro provocando que me sonrojara.

-En la mañana le prometí que iríamos a comer pero por culpa de esa junta no pudimos, así que ahora pienso llevarla a cenar -le sonrió mientras sentía como su pulgar acariciaba mi mano.

-Está bien, está bien... solo no lleguen tarde y vayan con cuidado -regreso su atención a los papeles sobre su escritorio.

-¿Te parece bien que vaya? Aún no es mi hora de salida, puedo esperarte si quieres -comencé a hablar rápido.

-Ve con Lili tranquila -Rosé coloco su mano sobre mi hombro -Yo me quedo con Ange para revisar unas cosas -me guiño un ojo.

-Está bien -mordí mi labio.

-Solamente no lleguen tarde, ¿Ok? -Ange nos vio.

-Entendido mamá -soltó mi mano para correr hasta donde estaba ella y darle un sonoro beso en la mejilla.

...

-¿A dónde quieres ir a cenar? -Lisa me pregunto mientras manejaba sin rumbo fijo.

-Sinceramente no sé -me encogí de hombros un tanto sonrojada.

-¿Comiste bien en la tarde? -Me sonroje aún más, no hable -Ok, tomare tu silencio como un sí. ¿Te parece si comemos pizza? ¡Conozco las mejores de la ciudad! -mi estómago respondió por mí.

-¡Oh dios! -cubrí mi rostro con mis manos apenada.

-No Nini-sentí como el auto se detenía -No tienes por qué avergonzarte -Esa frase la escuche mucho hoy, ¿No? -Estas embarazada y tanto tu como y él bebe deben comer muy bien -sentí sus manos sobre las mías mientras las quitaba de mi rostro.

Me encontré de lleno con su mirada penetrante, mi respiración se volvió irregular y juro que podía sentir mi corazón en la garganta. Ella era tan hermosa, tanto que me impactaba de una manera en que no quería caer. Trague seco, mordí mi labio.

Note como su mirada viajo de mis ojos a mis labios, ¡Dios! La anticipación me estaba matando, ya sabía que iba a ocurrir y realmente quería que ocurriera.

¡DESEABA QUE OCURRIERA!


Caminos cruzados (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora