treinta y tres

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No puedo expresar la sensación que sentí en ese momento. Mi padre sujetaba la mano de mi madre mientras ella tenía el rostro mojado por las lágrimas que ya caían sin control. Ella lentamente se bajó del regazo de Marco y camino con un poco de temor hasta ellos.

Mi mirada en ningún momento se apartó de ella, y lo siguiente pasó como si fuera en cámara lenta. Mi padre abría sus brazos para abrazar fuertemente a mi hermana cayendo de rodillas para quedar a su altura mientras que mi madre se unía a ellos y los tres lloraban.

No sabía qué hacer, tenía miedo de la última vez que los vi, de cuando mi padre me miro con asco, con repulsión y me corrió de la casa. En este preciso momento deseaba poder ser tan valiente como Ella y poder perdonarles lo que me habían hecho.

Mi madre levanto el rostro y me observo aun en ese abrazo grupal que tenían con mi hermana, lentamente se levantó y seco lo más que pudo sus mejillas, note que trago saliva. Hice lo mismo de por puros nervios mientras me ponía de pie soltando la mano de Ange. Soltó a mi hermana y camino lentamente hasta quedar cerca de donde estaba yo.

-Sé... que no tenemos perdón -su voz estaba rota, al igual que mi corazón -y nunca podre recompensar el daño que te hicimos -sollozo un poco -pero jamás hemos estado avergonzados de ti, nunca... te amamos a ti, como a nuestro nieto -no pude más.

¿Para qué me resistía? ¿Para que negaba algo que ni yo misma podía? Los extrañaba, los necesita y los quería en mi vida. Podía ser orgullosa y darme la vuelta, darles la espalda y quedarme sola con mi bebé, ¿Pero quién era yo para impedirles formar parte de nuestras vidas si era lo que más anhelábamos?

Caí a sus brazos, y llore como hace mucho tiempo no lo había hecho. Pero esta vez fue de alegría... de gozo. Por fin mis padres estaban aquí y nos amaban, siempre lo habían hecho... aún faltaban respuestas, pero no permitirá que se fueran hasta que supiera toda la verdad.

-¿Recuerdas las inversiones de las que tu madre y yo hablamos hace algún tiempo? -pregunto mi padre mientras sostenía a Ella en su regazo.

Todos estábamos en la sala esperando las respuestas. La familia Manoban nos había querido dar privacidad, pero ellos ya eran mi familia también. Independientemente de que Kai fuera el hijo de Marco y padre biológico de mi bebé, ellos se habían ganado un lugar muy especial en nuestros corazones.

-Resulta que todo fue un fraude -se encogió de hombros mientras agachaba la cabeza.

-Pero... ¿Cómo? -apenas logre preguntar.

Poco recordaba de lo que estaba hablando mi padre. En algún momento mientras comíamos hace poco menos de un año, había comentado algo de que iba a invertir en algo para asegurar nuestro futuro, pero después de esa ocasión no volví a saber nada más del tema.

-Las personas con las que tu padre y yo habíamos firmado, nos vieron la cara -mi madre suspiro pesadamente -fue entonces cuando descubrimos que estabas embarazada -sin saber porque me sonroje -sabíamos que no era lo correcto, pero esa gente ya había comenzado a amenazarnos con hacerles daño y preferimos que buscaras un lugar en donde pudieras estar segura -lo último apenas logramos escucharlo.

-Después de que te fuiste, te busque por todas partes al enterarme que tus amigas no te dejaron quedarte con ellas -nuevamente hablo mi papá -Hasta que una tarde escuchamos a Ella hablar contigo y supimos que estabas bien -suspiro.

-Entonces... ¿Por qué cuando Ange y Marco fueron por Ella ustedes les pidieron dinero? -no estaba segura de si quería saber la respuesta a eso, pero la necesitaba.

-El día que mi pequeña Ella huyo de la casa, aquella gente llego a vernos... y como no tenía el dinero que según les debía, me golpearon -mis ojos se abrieron al escuchar eso. ¿Cómo era posible? -Antes de irse amenazaron con que si no les pagábamos iban a buscarlas y a lastimarlas -Rápidamente voltee a ver a los Manoban.

-Cuando fuimos para que firmaran los papeles, Tu padre tenía un ojo morado y la ceja rota... y poco podía moverse -Marco hablo mientras Ange simplemente asentía.

-No estuvo bien... y lo sabemos, ha sido una tortura estar sin ustedes, pero estábamos desesperados, ya habíamos intentado con el banco, con préstamos personales infinidad de cosas y nada resultaba -la voz de mi padre sonaba desesperada -Nos arrepentimos de haberles hecho, pero lo volvería a hacer si eso significara que ustedes dos estarían bien -regrese mi mirada a él y lo vi llorar en los pequeños brazos de mi hermana.

-¿Y después de eso? ¿Qué paso? -Ella pregunto.

-Pagamos la deuda pero perdimos todo -se notaba el nudo en la garganta de mi madre -por eso ya no pudimos volver a buscarlas, hasta que ese investigador privado nos encontró en un refugio para indigentes -le sonrió débil a Lisa.

-Marco, Ange y Lisa fueron a hablar con nosotros para saber qué era lo que realmente había pasado -mire sorprendida a todos ellos -Después de aclarar las cosas nos ofrecieron trabajo y lo aceptamos sin dudarlo -ahora todos sonreían.

-¿Eso significa que voy a poder regresar con ustedes? -la emoción se podía notar en la suave voz de mi hermana.

-No del todo corazón -su semblante cambio -cuando firmamos los papeles para que te fueras con ellos, nuestro registro quedo manchado declarando que no somos aptos para criarte -sentí mi corazón apretarse -pero ahora no vamos a dejarte nunca más.

-¿Cómo es eso posible? -pregunte un tanto dura.

-Van a vivir en la MM -sonrió Lisa pero yo no.

-¿Ah? ¿Con nosotras? -susurre sonrojándome al imaginarme ciertas situaciones.

-No, nosotras dos más el bebé nos iremos a vivir a otra casa -acaricio mi abdomen, ¿Qué?

Aquella noche fue perfecta, mis padres regresaron y por fin pudimos tener una gran celebración de navidad, sin contar el montón de regalos que todos recibimos a la mañana siguiente.

Ahora ellos están viviendo con Ella en la MM. Lisa y yo nos cambiamos a la gran casa frente a la de sus padres, ¿Gran independencia no? Esto era lo mejor, es decir, nuestro bebé crecerá cerca de sus abuelos y sus tíos, la familia seguirá unida y eso es lo que verdaderamente importa.

Nuevamente la consulta con la doctora Dawson fue lo mismo, pero para evitar riesgos la posibilidad de la cesaría es casi un hecho ya. Lo que menos quiero es arriesgar a mi bebé, y menos ahora que las cosas parecen ir a nuestro favor.

Kai sigue sin aparecer.

Jim e Irene están en Londres, ¿Quién lo diría, no?

Esta noche es año nuevo y todo está tranquilo. Pasamos un rato reunidas con la familia, hasta media noche para poder felicitarnos entre todos y desear que este año sea mejor. Pero para ser sincera, yo tenía otra idea en mente.

-Lisa... ¿Podemos irnos? -pregunte quedo.

-¿te sientes mal? -su voz sonó alerta, haciendo que sonriera.

-Sí, muy mal -susurre en su oído.

Sentí como su piel se erizaba y ella ahogaba un ligero pero notorio gemido para mí. Mire sus ojos y pude ver como cambiaban del miel a castaño oscuro, el deseo comenzaba a acumularse. Rápidamente nos despedimos con el pretexto de que estaba cansada, aunque eso era lo último que estuviera.

Basta decir que esa noche... fue un gran inicio de año.

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un capitulo más <3


Caminos cruzados (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora