Puedo sentir la mirada penetrante de Lisa sobre mí mientras como una rebanada de pizza sin levantar la vista. Pero no puedo observarla, siento demasiada vergüenza y sé que no es culpa de ella, y tampoco mía, pero no puedo evitar sentirme así.
Flashback
Paso mi lengua por mis labios sabiendo y deseando ansiosamente que pase lo que tiene que pasar. Al diablo el tener que controlarme para no arruinar las cosas con Lisa, en este preciso momento solo quiero sentir sus labios sobre los míos.
Siento como acaricia mi mejilla para luego acomodar un mechón de mi cabello llevándolo hacia atrás de mi oreja. Noto como traga saliva ¿También estará nerviosa? ¿También deseara tanto este beso como yo? ¿O solo estoy alucinando las cosas? ¿Es ese su aliento cerca de mí? ¿O solo es mi sentido del olfato súper desarrollado a causa del embarazo? ¿Ese fue mi estómago o realmente estoy comenzando a divagar? ¡Por dios! ¡Si fue mi estómago! ¡Está sonriendo y volvió a acomodarse en su asiento! ¡Maldición!
-Creo que es mejor que vayamos por esa pizza que te mencione antes de que alguien vuelva a reclamar -me guiño un ojo juguetonamente.
¿Por qué no podía tragarme la tierra? Claro, porque vamos en su auto. ¿Y saliendo podría pasar? Si, en definitiva, estoy divagando más de lo normal.
Presente
El resto del camino había sido silencioso, casi me quedo dormida pero para mi suerte mi estómago rugió un par de veces más manteniéndome despierta hasta la pizzería.
-Nini, no tienes por qué estar así -su voz sonaba dulce -es normal que tengas hambre -seguía sin levantar el rostro -por favor, mírame -no iba a hacerlo -Nini... -susurro, no tengo fuerza de voluntad -No me quites el privilegio de poder ver tu hermosos ojos, por favor -Ok, estoy muerta.
-No quiero que pienses que... solo quiero comer -ni siquiera supe como logre que esas palabras salieran de mi boca.
-No creo eso, está embarazada, es normal que quieras comer y necesitas hacerlo pues ahora no solo tu cuerpo depende de esa comida. Él también depende de que comas lo suficiente -me sonrió dulcemente.
Lalisa Manoban estaba haciéndome caer por un abismo y no estaba ni lista ni preparada para hacerlo, ni siquiera sabía cómo luchar contra corriente, simplemente me dejaba llevar y no podía hacer eso, no debía.
-
Suspire al sentir su suave aliento en la piel de mi cuello, mientas su mano viajaba de arriba-abajo por todo mi costado explorando cada centímetro de mi piel.
-Jennie... -su voz erizaba mi piel -Jen... -otra vez -Nini... -ahogue un gemido -Hey Nini... -Mierda.
Abrí los ojos de golpe para encontrarme directamente con Lisa fuera del auto. No recuerdo el regreso a casa, creo que en cuanto me subí caí rendida en los brazos de Morfeo. Bueno, no me culpen. Fue mi primer día de trabajo y fue muy pesado.
Mis mejillas inmediatamente se llenaron de un color carmesí, verla de pie frente a mí y con esa sonrisa traviesa me dio a entender que se había dado cuenta de lo que estaba soñando. ¡Dios! En serio, ahora si quería que la tierra me tragara o al menos quería correr hasta mi habitación para meterme debajo de la cobija y no salir nunca más.
-Hemos llegado dormilona, te hubiera cargado y llevado hasta tu cama, pero prefiero preguntarte antes si eso no te molestaría para futuras ocasiones -sonrió de lado.
¡Oh-Dios!
-Yo... yo... -perfecto, no podía hablar.
-Perfecto, tomo eso como un sí -me guiño un ojo mientras extendía una mano hacia mí para ayudarme a salir del auto.
-No tendrías que hacerlo Lili, seguro ya peso demasiado y no lograras aguantarme -agache la mirada.
Eso era cierto, mi ropa comenzaba a ponerse más ajustada de lo que normalmente eran. Mis pantalones casi no me cerraban y mis blusas se ceñían a mi cuerpo sin siquiera ser ajustadas. Lo sé, es normal por el embarazo, pero no evita afectarme un poco. Nunca tuve muy buena autoestima que digamos.
Tan pérdida estaba en mis pensamientos que no me di cuenta cuando Lisa se puso junto a mi colocando un brazo sobre mi espalda y el otro detrás de mis rodillas, de un segundo a otro solo sentí como mis pies dejaban de tocar el suelo.
Grite.
-Eres más liviana de lo que pensaba -me sonrió mientas comenzaba a caminar sin esfuerzo alguno.
-No, Lisa, te harás daño, bájame -intente luchar.
-Kim, contrólate, ya casi llegamos -se estaba divirtiendo.
-Lisa, estás loca -ambas reímos.
-Bueno, me estabas subestimando, te recuerdo que hago ejercicio todos los días, quería ver si en verdad estaba dando resultados -me guiño un ojo otra vez, ¿se puede estar muerta en vida, de manera buena?
-Lo siento -volví a sonrojarme.
Dejo de caminar, ninguna de las dos podía apartar la vista la una de la otra. Era algo hipnotizante. Realmente no quería arruinar todo dejándome llevar por algo que sinceramente no estaba segura, solo la conocía de hace una semana y no sabía si esto que comenzaba a sentir era solo por agradecimiento a todo lo que ella y su familia estaban haciendo por mi o si de verdad algo crecía dentro de mí y no hablaba de mi bebé.
Nuestro bebé
Temblé ante el eco de su voz dentro de mi cabeza, creo que aún no me acostumbraba o no me quería hacer a la idea de que era nuestro. No quería hacerme ilusiones de que tal vez todo esto tendría un futuro o si solo era ayuda y consideración por mi edad y la situación en la que estaba pasando.
-¿Qué ocurre Nini? ¿En qué piensas? -su voz aterciopelada me saco de mis pensamientos.
Parpadee un par de veces de manera rápida para luego darme cuenta que ya estábamos dentro de la casa, justamente en la sala. La observe y su ceño estaba fruncido ligeramente, sin ser realmente consiente pase uno de mis dedos por su frente, intentando alisar esa arruga que se formaba en ella.
Me sonrió.
-Yo... ¿Cómo sabes que estoy pensando en algo? -fue mi turno de observarla.
Sonrió mientras agachaba la mirada y caminaba hasta el sillón más cercano para sentarse en él conmigo sobre su regazo. Me costó tragar, esto era algo tan íntimo o bueno, al menos así lo sentía yo.
-Realmente no sé lo que pasa... -levanto su rostro y nuestras miradas se encontraron de nuevo.
Creo que era el momento para un poco de sinceridad por parte de ambas.
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Caminos cruzados (Jenlisa)
FanfictionJennie Kim; 17 años. Tres meses de embarazo, sin hogar, sin trabajo, sin familia y todo porque se equivocó en el amor. La única persona que está en contacto con ella, Ella. Lalisa Manoban; 18 años, lo tiene todo. Excepto un amor verdadero. Su famil...