Aquí Estoy Yo ✔ || Christopher Velez

Día 19

Dormí mejor que ayer pero seguía estando fatal.

No quería hacer nada, no quería levantarme de la cama ni salir de la cabaña.

Quería estar todo el día cubierta con las colchas, dormir durante horas y no pensar en nada.

Lo último no era posible.

No podía dejar de pensar en nada, los pensamientos me atormentaban cada día.

No podía dormir sin antes estar pensando en todos los problemas que tenía hasta ahora.

El único problema más importante para mí era Lindsay.

Quería arreglar las cosas con ella de una vez por todas.

No quería irme de este campamento sin antes arreglar los problemas que tenía con Lindsay.

Me senté sobre la cama y miré a mi alrededor.

No había nadie en la cabaña, estaba sola.

Me puse de pie, agarré ropa y una toalla, entré al baño dispuesta a darme una ducha.

Al terminar de ducharme me coloque la ropa y salí del baño.

Salí de la cabaña y caminé hacia la cabaña de Chris. Esperaba que estuviera ahí, quería ir a desayunar pero no quería hacerlo sola.

Toqué la puerta de la cabaña, segundos después alguien abrió la puerta y no era Chris.

Era Joel, su rostro reflejaba confusión pero lo cambió rápidamente a una sonrisa amigable.

—Eres la chica del otro día, ¿novia de Chris?—preguntó

—Solamente soy su amiga, lo estoy buscando—dije con un nudo en la garganta, él asintió y me dejó pasar

Cerró la puerta y pasó a mí lado.

—Entró a darse una ducha, no debe tardar en salir—asentí

El silencio nos invadió, él se sentó en la orilla de la cama y miró su celular.

Desvíe la mirada y suspire intentando tranquilizarme.

Aún me gustaba y aún me dolía el hecho de que él y Elissa estuvieran juntos.

Pero era algo pasajero, intentaba restarle importancia.

—Así que... Eres la hermana de Elissa, es un gusto poder conocerte—habló nuevamente Joel, rompiendo el incómodo silencio

Volví a mirarlo y solamente asentí.

—No hablas mucho, ¿eh?—me sonrió con diversión, intenté sonreír pero parecía más bien una mueca de incomodidad—. ¿Cómo te llamas?

—Dalila.

—Yo soy Joel.

—Lo sé.

—¿Nos conocemos de antes? Tengo una mente muy olvidadiza.