MaricelaPilaynunca podría olvidarme de dedicarte un capítulo a tí, no tengo palabras para agradecerte todo el apoyo que me das, lo aprecio muchísimo. Tqm por seguir aquí, linda ❤.
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encontraba afuera de mi cabaña y yo escondida en el baño, como una cobarde.
Lindsay se encontraba en la cabaña, lo sabía. Se estaba poniendo una mascarilla junto a una de sus amigas y sabía perfectamente que no se iría.
Me miré por últimamente al espejo.
Unas ojeras grandes, los ojos un poco rojos debido a que estuve llorando toda la noche y mis labios un poco resecos.
Hice una mueca de disgusto y salí de baño.
Caminé rápidamente hacia la salida, donde me encontré a Chris.
—Me mentiste ayer—dijo, su rostro era neutral y comenzaba a sentirme mal—. Pudiste decirme que no quería comer conmigo.
—No quería hacerte sentir mal.
—Pero lo hiciste.
—Lo siento, de eso quería hablar. Quería disculparme, ayer no tenía muchos ánimos—asintió
—Ahora podemos ir a comer algo al lago, si así quieres.
—Yo si quiero, pero no se tú.
—Por supuesto que quiero—cambió su semblante a uno más alegre, le sonreí un poco y caminamos a la cafetería
Entramos a la cafetería, él caminaba enfrente mío, ignoraba a todos los demás y siempre mantenía aquella sonrisa.
¿Cómo lo hacía?
Tomamos la comida necesaria y salimos de la cafetería, él sabía perfectamente lo incómoda que me sentía allí dentro, por lo cual intentó no tardar.
Caminamos en silencio hasta el lago.
Al llegar, nos sentamos a la orilla del lago y comenzamos a comer. Ambos tenía demasiada hambre, se notaba de lejos.
—Elissa es tu hermana, ¿no?—preguntó, al parecer no lo sabía a la perfección
—Supongo que sí—mis padres la habían adoptado y todo legalmente, con papeles y así que supongo que sí, era mi hermana
—¿Qué problema tienen entre ambas?
Dejé de comer y lo miré por unos segundos.
Daría totalmente igual si le contaba todo o no, decidí hacerlo. Después de todo, no había nada mejor que hablar.
—Mis padres querían tener una hija más, lamentablemente mi madre no pudo embarazarse después de mí. Se lo pensaron por unos años y terminaron decidiendo que querían adoptar a una niña. Ellos pensaban que a mí me encantaría la idea de tener una hermana con la misma edad con quien compartir mi vida entera. Tenía siete años cuando adoptaron a Elissa, tres meses mayor que yo. Pasé siete años de mi vida sola y era feliz, por supuesto que con la llegada de Elissa, sabía que todo cambiaría. Ahora habría alguien más con quien tendría que compartir el amor y la atención de mis padres, la idea nunca me hizó feliz—me interrumpió
