7

154 40 18
                                    

MALA REPUTACIÓN •

AXEL

¡Los Davenport trajeron consigo la desgracia...!

¡Ellos no son de este mundo!

¡Deberíamos quemar su casa con ellos adentro!

¡Ellos son los culpables de la muerte de Allison!

Rumores y más rumores, han pasado dos días desde el funeral de Allison y eso es lo que se escucha, los Davenport se volvieron el mal para todo el pueblo y en el instituto no se hablaba más que los hermanos Davenport.

¡Son productos de insesto!

¡Ellos fueron los que mataron a Alison!

¡Ellos están juntos, comenten insesto!

Ya estaba cansado de esos rumores, sabía que ellos ocultaban algo pero no como los rumores que ellos dicen, es una estupidez la verdad que si, ya había acabado el día de clases, estaba por irme a mi casa cuando unos sollozos llaman mi atención, me dirijo hacia donde vienen y era Astrid, sus mejillas estaban rojas y sus manos en las rodillas, en una tenía un pequeño golpe, se distingue ya que es súper blanca.

—¿Estás bien?—Rápido dirije su mirada a mí y se levanta muy rápido, coje su mochila pero la sujeto del brazo impidiéndole irse.

—Sueltame Axel —Replica, su voz se quiebra y sus ojos están vidriosos.

—Respondeme con la verdad y te soltaré —Esta mira al cielo y luego a mi.

—Tu no lo entenderías...

—Intenta explicármelo.

—No, Axel por última aléjate de nosotros, odianos al igual que este pueblo asqueroso, házle caso a esos rumores y déjanos en paz —Solloza —¿Por qué no puedes ser como los demás?

—Creo que no tengo ese filtro —Digo burlón y está me fucila con la mirada —si es por los rumores que más da, no dejes que te...

—Los rumores no me afectan, siempre hemos tenido mala fama asi que eso es lo menos que me afecta, vez a eso me refiero, déjalo Axel, quieres hacer amigos nuevos hazlos, pero no nos metas en eso ok —Sollozo y estaba por irse pero luego recordó que la tenía sujeta.

—¿Por qué quieres que me alejé?

—No te lo puedo decir, pero enserio aléjate, no somos una familia para ti —Dijo sin mirarme —Sueltame porfavor, tengo que irme.

—¿Caín?—Pregunto.

—Tenia cosas que hacer y no puede llevarme, tranquilo iré caminando —Explica.

—Deja que te lleve.

—Ni de coña, no quiero quedarme varada en la nada —Sonrio al recordar que hace unos días ellos me remolcaron hasta mi casa —¿Puedes soltarme? —Yo asiento y la suelto, está se masajea la muñeca y sonríe —Adios Axel...

—Adios Astrid...—Esta arrancó a caminar y no quería dejarla ir sola, no quiero quiero seguirla, para mí sorpresa está se detiene, y voltea.

A L A S K A ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora