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• PASADO Y VERDADES II •

ALASKA

Cuando llegamos a la completa oscuridad el sonrió malévolo y posó su mano en mi mejilla.

—Para estar conmigo Nesecito que hagas dos cosas a mi favor —Rompe el silencio y yo asiento —Quiero tus ojos a cambio de alas.

—Mmm yo...—No quería estar ciega, digo que lógica tiene que yo de mis ojos por alas si nisiquiera voy a ver un carajo —¿Es enserio?

—¿Por qué jugaría con algo así?—Me encojo los hombros y luego asiento —Estas accediendo.

—Si te daré mis ojos por alas —Tal vez estaba siendo algo inmadura pero mi padre no está dispuesto a darme alas a pesar de que el es un caído, si tengo que dar mi alma por alas lo haré, solo quiero ser un caído como Hansel y mi padre.

Sus labios se juntan a los míos pero está vez es diferente siento como si estuviera absorbiendo algo de mi, el dolor infernal recorre mi cuerpo y síento mis ojos arder horrible así que me alejo y lo miró con duda antes de arrancar a correr, no se que me hizo pero me siento débil y Nesecito ayuda urgente, rápido llegó a la mansión y me encuentro con Mery y ella me mira perpleja y yo Frunci el ceño.

—¡Elai!—Grito está y mi padre rápido se acerca a la escena y me mira igual que como lo hacía Mery.

—¿Que hiciste Alaska?—Yo no entendía hasta que el ardor en mis ojos comenzó de nuevo así que pose mis manos en mis ojos y síento que están húmedos así que miró mis manos, estaban llenas de sangre ¿Que hice? Comencé a repetir una y otra vez en mi cabeza...

Estaba llorando sangre.

—¡Papá yo...Ahhhh!—No pude terminar mi frase cuando mi cuerpo comenzó a doler y pesar mucho haciendo que me caiga al suelo y comience a revolcarme...—¡Duele!—Grite, Annie y liss aparecen en la escena pero apenas las reconozco y luego Dan.

—Alaska ¿Que hiciste?—Se acerca dan pero lo veo borroso y luego mis ojos se cierran nublando toda mi visión, el dolor aumenta.

Siento mis huesos quebrarse y duele horrible, vuelvo a abrir mis ojos y poso las manos y rodillas en el suelo quedando en cuatro, miró el suelo y está ensangrentado y con algunas plumas, hasta que el dolor se acaba y me levanto dirijiendome a un espejo y al mirarme esa no era yo, tenía los ojos totalmente negros, no había pupila ni nada solo negro, mi cara estaba ensangrentada y debajo de los ojos tenía la piel marcada con algunas grietas negras que no llegaban a la mitad de mi mejilla, la sangre aún corría de mis ojos pero ahora era de dolor.

—¡Ayuda!—Fue lo único que grité y enseguida escuché un sonido de la puerta.

—Aqui estoy Alaska —La voz de Dan me alerta y miró a todos lados pero no le veo.

—¿Dónde estas?—Pregunto y lo escucho bufar.

—Enfrente de ti —Arrugo el entrecejo y ladeo la cabeza, podía escuchar su voz pero no podía verle pero como podía verme a mi —¿No puedes verme?

—No.

—Asi funciona la hechicería oscura, puedes verte a ti pero jamás verás a la persona —La voz de mi padre suena y sonrío.

A L A S K A ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora