C A P Í T U L O 12

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Kai, por primera vez en más de cinco años, salió del departamento a las seis de la mañana para acudir a la reunión que se realiza en la empresa con unos inversionistas extranjeros. Yeonjun, por mas de que la cita sea demasiado temprana, se despertó media hora antes que su amigo y le preparó algo para desayunar, pues el evento tendrá por duración más de cuatro horas.

El pelinegro se encuentra ubicado a la cabeza de la gran mesa de madera, en la sala de reuniones, con su asistente a lado abrazando una carpeta con información, al pendiente de lo que se habla. Kai, luego de meditarlo, leer los documentos brindados por la señorita, y ser aconsejado por sus dos vicepresidentes, firma las siete hojas de contrato y cierra el trato con los inversionistas con un apretón de manos.

Uno por unos se retiran los presentes, agradeciendo al menor por asociarse con ellos. Su secretaria le avisa que lo vinieron a buscar y pensando que se trata de Yeonjun indica que lo hagan pasar. A los minutos, un artista de cabello castaño ingresa a la sala de reuniones, recibiendo una sonrisa de parte de Kai, se sienta a su derecha, y la señorita se retira para darles un poco más de privacidad.

-Sabía que estarías aquí -comenta devolviéndole el gesto.

-¿Llamaste primero a Junie o te lo dijo Taehyun? -pregunta, como si lo conociera de toda la vida.

-Simplemente vine -admite viéndolo confundido-. A veces pareciera como si no supieras nada de mí.

-Apenas estamos un mes -se defiende el otro.

-Una pareja de colegio en ese tiempo, mínimo tendría tres citas, paseos bajo la luz de la luna, viajes juntos -añade el cantante-. Ni siquiera celebramos nuestro mesario.

-¿Se puede saber que es eso? -dice revisando su celular, después de que le llegase un mensaje de su asistente.

-Es una celebración por cumplir el primer mes como pareja -explica con ilusión.

-A poco tu eres de lo que festejan eso -comenta el pelinegro.

-Sinceramente, no -confiesa con su celular sobre la mesa-, pero no crees que deberíamos hacer algo.

-Si mal no recuerdo -menciona Kai-, te ofrecí una cita en más de cuatro ocasiones y me rechazaste en cada una de ellas.

-Desde hace tres meses tenía pactada una gira por toda Corea -señala con la vista encima de su novio-, no la podía cancelar sin más. Pero todo eso ya finalizó y tengo vacaciones por dos meses.

-Entonces, podemos salir -concluye el pelinegro guardando su móvil.

-Así es -confirma el artista-. Soy todo tuyo.

-Tienes suerte -señala el menor-, mi reunión ya terminó, así que tengo libre todo el resto del día.

-¿Lo dices enserio? -el otro asiente.

-Claro que sí -se levanta de su sitio-. ¿A donde te gustaría ir?

-A la playa -contesta con una sonrisa-. Siempre quise ir ahí con una persona especial.

-¿Lo soy para ti? -la afirmación del mayor solo complica un poco más las cosas.

-Soy consciente que es un día entero hasta ahí, pero sé que será divertido -advierte acariciando la mano de su novio-. ¿Podemos ir?

-Está bien -el cantante aprieta la mano de Kai y juntos salen de la sala-, vayamos a la playa.

La pareja se despide de la secretaria de Kai y entran al ascensor, el artista apretando el botón con el número uno en el. A los diez minutos se retiran del edificio y suben al auto del mayor, quien aguarda a que su novio se ubique a su lado para que empiece a conducir.

Mi Vecino Es Un Anti-fan (SooKai/KaiSoo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora