C A P Í T U L O 4

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—Insisto en que no era necesario que vinieras hasta acá sólo por la mancha de café en la camisa, eso no es importante— Yeonjun le da su tarjeta a la vendedora para así pagar el pedido—. Estoy bastante seguro que tienes varias cosas de las que encargarte, y aún así aquí estás, perdiendo tu tiempo en un tema que ya resolví.

El mayor recibe su bebida con un sorbete, y sale del lugar junto con su acompañante, recorriendo por los pasillos el centro comercial, a su vez buscando una tienda en la que vendan su mismo modelo de camisa, usada la semana anterior hallando una a los pocos minutos de haber iniciado.

—Claro que lo es —señala con un tono serio, Taehyun—. Cometí un error y debo ser responsable por ello. Así que aquí estoy.

—Eres bastante lindo, me gustas— admite eligiendo su prenda—. Muchas gracias por todo.

Yeonjun se aproxima a la zona de las cajas para cancelar su camisa, con la tarjeta de crédito que le da el menor. La empleada introduce la prenda doblada en una bolsa y se lo regresa al peliazul junto con su boleta de compras, el que se lo entrega a Taehyun. Se retiran con la adquisición hecha en dirección al segundo piso para buscar unas cosas para Soobin y el fanmeeting que tiene planificado para dentro de dos semanas.

Si bien la idea que tuvo acerca de lo que haría en su primera salida con el menor era completamente distinto a la realidad, tampoco ha sido hasta el momento la peor de todas las que ha tenido, viéndolo desde una perspectiva positiva. A pesar de que está seguro sobre lo que siente por Taehyun, también cree que es muy apresurado para dar algún paso.

Por eso se concentra en disfrutar su salida lo máximo posible, para  después no se arrepienta por no haberlo hecho, examinando lo más que se puede al castaño para poder conocerlo mejor. Desde los implementos de papelería a unos infaltables lapiceros pincel que el cantante usa para autografiar sus discos, Yeonjun observa cada uno de sus movimiento y acciones del asistente de Soobin, para intentar averiguar que es lo que gusta y lo que no lo hace.

La pareja se retira de la librería y también del centro comercial con todos los materiales ya listos. Por un mínimo momento, Yeonjun se separa de su amigo para comprar un helado de chocolate en una de las heladerías que están ubicadas en medio del pasillo, adquiriendo su producto casi de inmediato.

Taehyun le sonríe al mayor luego de que notara un poco de helado, en la comisura del labio superior de Yeonjun, retirando su pañuelo del bolsillo de su camisa y siendo lo más cuidadoso, quitando todos los restos de mancha, gesto que a Yeonjun pone nervioso y provoca que los latidos de su corazón otra vez se aceleren.

Luego de bajar al primer piso y adquirir en el transcurso muchas más cosas para el fanmeeting que brindará Soobin, avanzan al estacionamiento, en donde un carro plomo último modelo logra destacar entre el resto, yendo con prisa hacia el para guardar todas las compras. Soobin ingresa en el asiento del copiloto y se acomoda el cinturón, cerrando la puerta al acabar y reproduciendo una de las canciones preferidas de Kai en el stereo del auto, mientras aguarda a Taehyun, quien conversa con la persona que lo llamó a través del teléfono.

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En definitiva, Kai no tiene límites en absoluto, en especial cuando a su tema favorito le suceden cosas que le pueden servir de material, sin importar que lastimen o no al artista. Luego de la última “broma” que le hizo, una que casi termina arruinando al Idol y a su agencia, ya tenía pensado lo que haría por diversión para su próximo acto, y muchas cosas más.

Gracias a su "indefenso juego", las fans del Idol se vieron forzadas a detener todo lo que hacían, subir al primer medio de tranporte que encontraran, y asistir al concierto que Soobin estaba por dar dentro del estadio de Seúl, lo que resultó ser completamente mentira, en la primera hora.

Mi Vecino Es Un Anti-fan (SooKai/KaiSoo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora