t r e s

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"Mi estándar de perfección"

-Si, ya comi mi almuerzo y luego iré a cenar Jihoon- Chan empezó a caminar de un lado a otro con el celular en su oído -Si Jihoon, también hice mis deberes de hoy, aunque no nos dieron mucho-

Samuel desde el pequeño sillón reía al ver las caras del azabache. Era la segunda vez que recibía una llamada de su hermano en el día y era algo gracioso para él.

-Dios mío, creo que aveces olvida que ya tengo dieciocho años- Chan al terminar la llamada se acostó en su cama boca abajo.

-Esta preocupado, es comprensible- Samuel subió su hombro para seguir leyendo su libro. Chan no era amante de los libros, pero también debía empezar acostumbrarse para la universidad.

La puerta sonó y ambos se miraron por unos segundos. Samuel señalo su libro y Chan rodando sus ojos y camino a la puerta para atender.

Un ramo de flores de colores se encontró haciendolo sonreír de inmediato.

Jun bajo el ramo mostrando su rostro y miro seriamente a Chan que sonreía cruzado de brazos.

-Buenas noches, busco al señor Lee- Habló con voz grave haciendo reír aún más a Chan.

-Soy yo ¿Para que me busca?-

-Me debe mucho y vengo a saldar cuentas-

El menor no aguanto más y se colgó de cuello de Jun para unir sus labios. El mayor olvido el ramo y lo tiro remplazadolo por la cintura de Chan.

En todo el verano no habían podido hablar. Jun había viajado a China con sus padres y estando en el segundo año de la universidad, tampoco ayudaba en sus horarios.

-Te extrañe mucho- no se podía soltar de Jun, menos de sus labios que le hacían leves cosquillas en su cuello al ser abrazado.

-Yo te extrañe mucho más- el mayor se apartó y Chan lo observo mejor. Su cabello estaba desordenado, no sabía si por su culpa al dejarse llevar por sus labios o por que él lo mantenía así. Estaba más alto de lo que recordaba pero sus labios en forma de corazón con su hermosa sonrisa seguían intactas.

El menor lo tomó de su abrigo y lo adentró hacia el pequeño departamento. Jun sonrió feliz mirando a su alrededor pero al instante sintió como Chan volvía a unir sus labios. Sin retenerlo lo volvió a abrazar levantandolo del suelo pero una tos los hizó volver a ambos de su nube de amor.

Samuel sonreía algo incómodo pero igual de divertido por las expresiones de la pareja.

-Oh, él es mi compañero Samuel, Samuel, es el Jun- presentó Chan abrazando a al chino como si de un oso de peluche se tratase.

-Un gusto- Samuel hizo una leve reverencia hacia el mayor y camino hacia la puerta pasando por el lado de Chan -No seas celoso, no me gusta- susurro y se marchó dejando a la pareja solos.

Jun volvió sus ojos a Chan y levantó sus cejas para después cargar al menor y caminar a la primera habitación que encontró.

-Menos mal que es mi habitación- Chan sonrió acariciando los brazos del mayor quien se acostó ensima de él sobre la cama.

-Tranquilo, tampoco nos escucharan- rio burlesco pero al instante recibió un golpe en su cabeza que lo hizo reír aún más -Bromeaba, solo quiero que nos quedemos un ratito así-

El mayor se acomodo sobre el pecho de Chan escuchando su corazón para después rodearlo con sus brazos por la cintura. Chan no dijo nada, después de tanto tiempo separados, lo único que necesitaban era eso. Un momento a solas juntos.

-Jun- llamó Chan acariciando los cabellos del mayor.

-Dime amor- estaba tan a gusto que solo cerro sus ojos disfrutando la cercanía.

-¿Lo quieres hacer?- la pregunta quedo en el aire luego del silencio.

-¿Hacer que?- abrio sus ojos y acarició la cintura del menor quien se detuvo en sus caricias. Tenía una mínima idea de a lo que se refería, pero tampoco quería pensar mal.

-Ya sabes- Jun se apartó y se sentó en la cama. Chan lo imitó mirando sus manos que jugaban entre sí -Hacer... lo-

-No importa si quiero o no, importa que los dos estemos de acuerdo- le sonrió levantando la mirada de su pequeño.

-Si pero muchos a mi edad ya no son vírgenes- al soltar la última palabra sus mejillas se encendieron y colocándose de pie, empezo a caminar por la habitación -Se que talvez sea un niño en esto pero no quiero que tú... Estés ya sabes... Con ganas y yo todo el tiempo te este frenando-

Eran una de las razones que amaba a Chan. A pesar de su timidez para algunos temas, siempre le era sincero y trataba de llegar a un acuerdo.

En silencio, lo atrajo de la cintura hacia él dejando al menor parado frente a la cama donde seguía sentado.

-¿Sabias que te amo?- El menor rodo sus ojos sonriendo y negó con su cabeza -Y por qué te amo, te digo que todo tiene su tiempo, si tu no quieres tener relaciónes conmigo lo entiendo, no te... -

-No me presionaras a hacerlo, ya lo sé, me lo haz dicho michas veces- Completo la frase y bajo nuevamente sus ojos a sus manos.

Jun se puso de pie y acarició su mejilla -¿Entonces?-

No podía ser inseguro. Jamás lo había sido, pero el solo saber que muchos chicos y chicas podía admirar a su novio en la universidad, lo hacia sentir nervioso.

-Tengo miedo- admitió sintiéndose abochornado. Era estúpido de solo pensarlo.

-¿De que?- Jun volvió a levantar su mirada y el menor suspiro.

-De que encuentres alguien mejor que si este preparado para... Tener relaciónes contigo- era estúpido de solo pensarlo. Confiaba en Jun, pero no confiaba en su Universidad.

El mayor soltó una carcajada y el menor fruncio su ceño.

-Estamos juntos hace más de un año te tengo aquí- apunto su cabeza -Y aquí- llevo su mano al pecho del lado del corazón y eso hizo aumentar el ritmo cardíaco del menor -No importa que lleguen muchas o pocas personas a mi vida, lo que importa es que tú estas en mis planes del presente y del futuro, y eso no lo cambia nada ni nadie. Solo, tiempo al tiempo-

Chan sonrió y unió sus labios en un beso tierno y tranquilo. Jun lo recibió y lo abrazo con fuerza sintiendo el corazón acelerado del menor en su pecho.

-Perdón, no debo pensar cosas así- se apartó del beso aún rozando sus labios.

-No, no debes- Jun le sonrió y plantó sus labios en su frente -Además, tu también estas en la Universidad ahora ¿Y si enamoras a alguién aqui?-

Chan soltó una carcajada y negó con su cabeza -No importa, tu perfección me enamoró-

-La perfección no exite-

-Bueno, entonces eres mi estándar de perfección no perfecta que necesito en mi vida-

El chino sonrió volviendo a unir sus labios. Difícil sería el momento donde debería volver a marcharse.

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Perdón por los errores
y horrores de
ortografía

Dos Anillos Para Mi Cuñado → Jicheol ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora